Espinas

3 1 0
                                    

Después de lo ocurrido, los días, las semanas y pocos meses siguieron pasando... Margarita fue pasando más tiempo con Benny durante todo ese tiempo, al fin y al cabo, lo que ocurrió con Lirio, se quedó allí. La osita decidió no volver por su propio bien. 

Era una mañana cualquiera de verano, se podían escuchar a los pájaros cantar. Margarita se encontraba sentada en el sofá de la sala de estar, cosiendo una de sus muñecas, mientras estaba hundida en sus propios pensamientos y sentimientos. Sentimientos? Qué hace una osita de tan solo 9 años recién cumplidos hundida en sus sentimientos? No tenía muy claro cómo se sentía cuando estaba o pensaba en su nuevo amigo. 

Guardó el hilo y la aguja en la caja de costura, la cerró y estuvo mirando con detalle los nuevos arreglos de su muñeca de trapo. Justamente, en ese momento, bajó Gracia por las escaleras, a lo qué Margarita la miró de reojo. La mayor se encontraba en un estado bastante ''molesto'' y ''nervioso'', la osita temía que fuera por su culpa. No quería que su hermana mayor se enfadara con ella por haber salido tarde una vez más, aún que sabía que era ella quien tenía la culpa. Margarita levantó levemente su mano, a punto de decir algo. No le dió tiempo.

-Espantosa está teniendo uno de sus episodios. Se pasó toda la puta noche vomite y vomite, llanto y llanto... Y PASABA DE MI CARA CUANDO LE DECÍA QUÉ SE TOMARA lAS JODIDAS PASTILLAS!!!-

-O-Oh...-

Gracia soltó un suspiro bastante pesado, una vez acabado, miró a la menor.

-Encima he de ser YO quien cuida de ella. Sé que papá y mamá aveces estan ocupados pero... JODER QUE SÓLO TENGO 13 PUTOS AÑOS! ¿¡QUÉ NADIE SE VA A CENTRAR EN MI POR UNA JODIDA VEZ EN SU VIDA!?-

-Oye, oye... Hermanita... no te pongas así...-

Margarita se acercó corriendo a Gracia, abrazandola un poco del brazo y mirandola. Gracia la apartó un poco.

-No, Gracias. No quiero que una niña de 9 años tenga más control que yo y que encima sea ella quien me ayude. Gracias, pero no.-

-Pero... necesitas ayuda...-

-Ya lo sé, Margarita, ya lo sé. Pero-

Un fluído líquido se escuchó caer violentamente en el piso de arriba, la habitación.

-¡¡¡GRACIA!!! ¡¡¡GRACIA!!! ¡¡¡CORRE ME ESTOY DESANGRANDO!!!-

-Otra vez... esa niña es un maldito aspersor vomitivo.-

-Gracia...-

-¡¡¡YA VOY NIÑA, YA VOY!!!-

Margarita nisiquiera tuvo tiempo de acabar la frase de consuelo. Cayó rendida, sentada de nuevo en el sofá, mirando a la nada, todavía más hundida en sus pensamientos y sentimientos. A los 5 minutos de estar quieta cómo una piedra, se levantó de golpe, corrió a la puerta de entrada y la abrió rápidamente. Fue corriendo a la casa de Bizcochito, donde evidentemente, se encontraba Benny. Bizcochito, cómo siempre, se encontraba en su huerto, plantando alguna que otra cosa. Margarita paró de golpe delante de las vallas.

-¡Bizcochito!-

-Pero bueno, Marga, ¿que te paza a ti ahora niña?-

-¿Podemos hablar...?

-Claro.-

El oso cuando acabó de responder a la menor, dejó todo lo que estaba haciendo en su lugar y le abrió la valla a la pequeña, dejandola entrar.

-Mejo', entramo' dentro.-

-Okay...-

Tal y cómo el mayor dijo, entraron dentro de la casa. Fueron a una habitación, la cuál era cómo una pequeña biblioteca que solamente contenía dos sillones separados por una mesa redonda. Margarita se sentó en uno de los sillones mientras que Bizcochito fue a la cocina a por una taza de té para ambos. Una vez ya haber servido las tazas el mayor se sentó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 16 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MargaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora