𝐃𝐄𝐒𝐈𝐑𝐄

Chapter Four

Después de los mensajes que habían estado intercambiando con Heeseung, ninguno se atrevió a decir alguna otra palabra en lo que estaba del camino, su buen humor se esfumó tan rápido como llegó. Si era sincero, Jake era consiente de que una vez estuvieran dentro de la residencia tendrían una larga e incomoda charla con Jungwon y honestamente no es algo que quisiera llevar a acabo en ese momento. 

Quería pensar un plan para poder huir a su habitación y encerrarse hasta la mañana siguiente, sin embargo al poner un pie dentro de su hogar un bonito pelirrojo de ojos gatunos ya los esperaba con los brazos cruzados en la sala, la expresión de molestia siendo resaltando sus facciones.

Con un suspiro derrotado, soltó la mano de Sunghoon y se dirigió al sillón completamente resignado, agachando la cabeza por la vergüenza que le daba mirar al menor presente.

— No me interesa en lo absoluto si están en una relación o si solo tienen sexo casual, pero me parece una falta de responsabilidad que hagan sus cosas en lugares públicos donde cualquier persona podría descubrirlos. — Jungwon habló en un tono firme y condescendiente, no había rastro alguno de la dulce voz que oían siempre. — ¿Ustedes creen que fue agradable recibir una llamada por qué dos de los chicos a mi cargo estaban cometiendo actos ilícitos es una de las salas de la empresa? La respuesta es no. Deberían ser un poco más consientes de que todos sus actos tienen consecuencias que no solo les afectan a ustedes, si no también a nosotros como grupo.

— Jungwon, yo-....— Intentó hablar Jake, callando de inmediato al sentir los penetrantes ojos marrones en su persona, sentía que juzgaban cada uno de sus movimientos.  Por lo general, su pequeño líder era una persona bastante permisiva y compresiva así que verlo ahora siendo todo lo contrario los ponía en una posición realmente mala. El australiano sabía que dejarse llevar por las hormonas fue una pésima idea, no lo pensó lo suficiente y ahora estaba como un perro con la cola entre las patas por la vergüenza.

— Por favor déjenme terminar de hablar y después de eso pueden buscar alguna excusa. — Musitó apoyando su lengua contra la parte interna de su mejilla, dándole un aspecto más serio a la situación. — Espero que a raíz de esto puedan ser un poco más responsables sobre las cosas que dicen o hacen, no quiero volver a hablar con ustedes sobre un tema así y de verdad deseo que esto no vuelva a ocurrir.

Tanto Jake como Sunghoon asintieron rápidamente a las palabras del menor, después de esto estaban seguros de que no tendrían esta misma conversación dos veces.

— Lo lamento mucho, Jungwonie. — Murmuró Sunghoon en un tono apenas audible, estaba tan terriblemente avergonzado de sí mismo. Era una de esas veces donde la culpa comenzaba a invadir su ser, provocándole ganas de llorar al tener un golpe de realidad sobre los problemas que le podía provocar ser tan impulsivo. — No voy a excusarme  porque sería demasiado hipócrita de mi parte, solo quiero disculparme y prometer te que no volverá a pasar.

Yang suspiró, la expresión lastimera en el rostro de su mayor logrando apaciguar un poco su molestia.

— No pongas esa cara, hyung. — Le reprochó suavemente el de ojos gatunos, levantándose del sillón para acercarse al pálido y acariciar ligeramente sus rubios cabellos. — Me haces sentir culpable por regañarte y debería ser al revés.

— Perdón.

— Ya fue suficiente, puedes dejar de disculparte. — Murmuró el de ojos gatunos más tranquilo, dudando un poco antes de preguntar aquello que tanto le había estado rondando la cabeza. — ¿Por qué no lo hicieron en casa como hace algunas noches?

Sunghoon abrió los ojos sorprendido, si antes estaba avergonzado ahora solo quería que la tierra lo tragase y no lo escupiese nunca. No sabía que mal hizo en sus vidas pasadas para estarlo pagando en esta pero estaba seguro de que debió ser algo horrible.