ℝ𝕖𝕖𝕞𝕡𝕝𝕒𝕫𝕠 • 𝕁𝕁𝕂 (COMPLETO)

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Enfrentamiento

La noche caía en la ciudad de Seúl donde para algunos descansaban de sus rutinas diarias, en otros empezaban sus jornadas laborales y los que no son muy pronunciados en la sociedad se preparaban para desatar el caos.

Para JungKook quien es un hombre de hierro, no se intimida en ninguna situación y lo enfrenta con suma valentía aun sabiendo que en cada encuentro puede ser el ultimo no le teme a la muerte eran sus pensamientos en su diario vivir pues no tenia nada que lo vinculara a quedarse pero en estos momentos un leve temor en el azabache era penetrado en su ser recorriendo por su cuerpo y era que hasta hace unos meses jamás pensó que deseara tanto vivir y no solo eso sino con quien ya consideraba el amor de su vida. Alina sin hacer mucho pudo romper el hielo impenetrable que había construido el mafioso durante mucho tiempo.

Esa mujer que cautivo su corazón de coraza hizo que se rompiera en unos segundos. Con ella comprendió que existen personas que se preocupan genuinamente por otras, que amaran sin nada a cambio, eran un tesoro oculto y quien los encuentre se volvería rico, en este caso JungKook asi se sentía al tener Alina a su lado. 

Mientras seguían esperando la señal de Taehyung, Jeon atendía una llamada fuera del auto mientras que Min coordinaba a los hombres que entrarían con ellos cuando llegara el momento de actuar.

¿Qué mierda dices? - Grito en alto llamando la atención de los presentes, por suerte no había nadie a sus alrededores solamente los ya mencionados.

Vigílala bien y si hace algo estúpido mátala - Ordeno para finalizar la llamada.

¿A quien mataras? - Pregunto acercándose YoonGi con un cigarro en sus manos.

Freya - Gruño entre dientes - La muy maldita esta aliada con Seokjin y Park.

¿Cómo estas tan seguro de eso? - Dio otra pregunta

Míralo por ti mismo - Extendió su mano donde Min vio algunas fotos de conversaciones que mantenía con Kim y Park. Se daba cuenta que había mucha traición a su alrededor y debía ser cauteloso en quien debía confiar.

Que perra - Expreso Min terminando de fumar para tirar el cigarrillo - La belleza exterior que tiene no le sirve de nada si por dentro esta podrido.

Se escucho el sonido de una notificación donde Jeon reviso su teléfono y ver que había recibido un mensaje de unos de los hombres del lado de Kim donde le daba la señal de actuar.

Es hora - Dice azabache, el pálido le arrojo las llaves de la camioneta blindada para entrar y conducir en la carretera a toda velocidad haciendo que las llantas dieran aquel sonido característico. Mientras conducía no podía evitar sentir su corazón a un ritmo acelerado, su pecho se inflaba tratando de regular la respiración, debía calmarse y no actuar por impulso como solía hacerlo si queria poner a salvo a las personas que queria debía ser cauteloso y apegarse al plan. Con esos pensamientos presiono el acelerador con su pie, la mano presionaba el timón del auto y la otra se posaba en los cambios de esa forma llegar lo mas rapido posible teniendo la carretera despejada.

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Caminaba a paso veloz hacia la entrada donde varios hombres lo detuvieron para revisarlo y quitar las armas por si llevaba el cual Jeon las había dejado en el auto, estiro sus brazos y separo las piernas para su respectiva revisión. No las necesitaba el sabia pelear perfectamente a puños.

Al terminar la revisión lo dejaron entrar donde continuo su camino hasta llegar a una puerta principal. La casa era una fachada ya que detrás de ella podía verse un lugar mas grande en el interior quedando como en subterráneo. Con ambas manos abrió las puertas de golpe donde lo primero que vio fue a su jefe de seguridad Namjoon tirado en el piso con golpes seguramente recientes, su aspecto era deplorable y eso le afecto en gran manera. Giro su rostro donde a cierta distancia pudo ver a su mujer. Alina tenia su rostro bajo por su corto cabello pudo ver que tenia sus mejillas rojas, no era estúpido sabia que Park la había dado algunas bofetadas solo para provocarlo. Este se encontraba de pie al lado de su mujer mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja y el solo pensar que la habían tocado lo volvía loco literalmente iba mandar al diablo toda cordura con una provocación mas. Lo único que hizo fue contenerse, empuñar sus manos hasta sentir como sus uñas penetraban la piel de su mano.