Mysterious

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Una noche en uno de los bailes que Lady Danbury hizo, la familia Cowper fue al completo, llevando con ellos a Elizabeth aquí la gente de la alta sociedad hacía mucho que no veían

Dado el despreció que Lord y Lady Cowper tenían a su hija menor no la dejaron ir a la modista para que nadie ni nada hiciera sombra a Cressida quien debía encontrar esposo si o si 

Cuando llegaron al baile y los presentaron todos los miraron, o mas bien mirando a Elizabeth quien iba con un sencillo vestido rosa con algunos tocados a conjunto en su pelo recogido, para irse a un rincon donde se sentó sin intención de moverse en todo el baile y así no ser reprendida por sus padres, mientras que veía su hermana mayor pudiendo disfrutar del baile y bailar con jovenes caballeros 

Lady Cowper: Ya sabes que has de hacer hija 

Elizabeth: Me quedo aquí sentada y cuando me aburra salgo fuera 

Lord Cowper: Exacto 

Y así se paso casi toda la noche menos cuando se aburrió y decidió salir fuera y sentarse en las escaleras sola, apoyándose en su rodillas mirando al cielo y rezando para que el infierno que vivía terminara 

Benedict: ¿Podemos sentarnos? - pregunto 

Elizabeth: ¿No tendrían de estar dentro? 

Colin: Lo mismo que usted

Elizabeth: Sigo ordenes de mis padres, dejar que mi hermana acapare toda la atención 

Benedict: ¿Por que? ¿No desea encontrar esposo?

Elizabeth: Mis padres no quieren que encuentre esposo o mejor dicho no creen que pueda encontrar a uno, pero si fuera por mi, me hubiera casado con el primero que me hubiera hablado

Benedict: Entonces debería casarse conmigo, yo le he hablado primero - dijo haciéndola reír - Me alegro haberla echo reír 

Colin: Si, debería sonreír mas

Elizabeth: Si fuera tan fácil, ustedes no lo entienden 

Benedict: Entonces hable, nosotros lo escuchamos...

Elizabeth: Elizabeth Cowper

Colin: Colin y Benedict Bridgerton

Elizabeth: Lo se, era amiga de vuestra hermana Daphne de niñas

Benedict: Me acuerdo de usted

Elizabeth: Y yo de ustedes, en cuanto a nuestra conversación anterior, vivir encerrada en una casa y siempre vivir a la sombra, con un constante maltrato de sus padres y su hermana es horrible 

Colin: ¿Y por que no se rebela o se lo cuenta a las autoridades? 

Elizabeth: Soy una dama, nadie me creiría

Benedict: Yo si, ¿Y si le pido a sus padres su mano?

Elizabeth: ¿Por que haría eso?

Benedict: Le acabo de decir que me acuerdo de usted y de que mi enamoramiento de por entonces sigue intacto 

Elizabeth: ¿Estaba enamorado de mi?

Colin: Si, pero nuestro hermano mayor le dijo que se olvidara de usted para no sufrir, fue cuando dejo de venir a nuestra residencia 

Elizabeth: Debo reconocer que esos sentimientos son correspondidos 

Benedict: Entonces ¿Le parece bien mi propuesta?

Elizabeth: A mi si, pero dudo que mis padres la acepten 

Benedict: Iré entonces a preguntarles

Elizabeth: No lo haga ahora, venga mañana a casa, sino cuando lleguemos a casa no me va a esperar nada bueno 

Benedict: Como usted desee, ¿Le apetece pasear?

Elizabeth: Claro 

Colin: Os dejo solos, a sido un placer

Elizabeth: Igualmente 

Colin se marcho para que Benedict y Elizabeth fueran a dar un paseo hasta terminar en el jardín donde se suponía que estaban solos, a lo que se sentaron en un lugar mas privado 

Benedict: ¿Le gusta el arte? 

Elizabeth: Adoro el arte y pintar, he oído que se le da muy bien pintar

Benedict: Al parecer no tanto 

Elizabeth: Eso tendremos que verlo, no me creeré eso hasta que mis ojos lo vean - dijo sacándole una sonrisa a Benedict

Benedict: En caso de que sus padres dijeran que no...

Elizabeth: Siempre puede visitarme por las noches y escalar la enredadera que hay en mi ventana, es un poco alta pero no muy difícil, llevo escalando esa enredadera desde que tengo memoria

Benedict: Tomaré nota de ello- dijo antes de que desde lejos se empezaran a oír gritos 

Lady Cowper: ¡Elizabeth Cowper ven aquí ahora mismo!

Los dos de formas separadas se marcharon para que Benedict tuviera de ver con el despreció que trataban a aquella mujer tan bella que pronto sería su esposa y a la que salvaría de tal infierno