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Las clases ya habían terminado. Y con ellas otra aburrida jornada para los dos jóvenes de primer año que ahora iban de camino al gimnasio.

"Tsukki, espérame un rato debo ir al baño" le dijo el pecoso a su amigo a lo que el asintio quedándose apoyado en una pared mientras utilizaba su teléfono.

"...Y luego se me declaró junto a la fuente"

Suspiros por parte de las chicas que pasaban se escucharon en aquel pasillo.

Tan molesto. Pensó el, por lo que decidió ignorarlas. Además de que solo unos chismosos estarían escuchando conversaciones ajenas.

Y Tsukishima kei podría ser arrogante y egocéntrico pero nunca un chismoso.

"No saben lo mágico que fue"

"Vaya nunca pensé que tu y el terminarían juntos hitami" intervino una de ella.

"Yo tampoco, digo era mi amigo de toda la vida y no pensaba verlo como algo más pero luego me di cuenta de que nuestra relación había cambiado"

Aunque si ellas hablaban a tan alto volumen técnicamente no estaba siendo un chismoso ¿no?

"¿Enserió? ¿Como supiste?"

"Bueno ya sabes, las típicas mariposas
en el estómago"

Pero que común

"estar atento en lo que hace el otro"

Ok otra cosa bastante obvia.

"querer siempre su compañía, a pesar de que siempre están juntos"

¿Eso no aplicaría también a los amigos?

"los silencios cómodos o el que la otra persona te esté hablando de sus cosas favoritas o simplemente de lo que hizo en el día y no cansarte de ello en lo absoluto"

Yamaguchi siempre me habla mucho cada vamos para nuestras casas.

"Ah, también el que te parezcan tiernas las cosas que hace por ti ya que se esfuerza mucho"

Como cuando trato de sorprenderme por mi cumpleaños, fue bastante lindo el que hiciera esa fiesta sorpresa.

"Y lo más importante... que te parezca la persona más hermosa aunque este usando algo completamente horrible, por que sabes que podrías quedarte mirándolo por siempre"

Pero que tontería, Yamaguchi nunca se ve feo.

Espera pero ¿que acababa de pensar?

" ...llamando la tierra a Tsukki ¿Estas ahí?" Yamaguchi agitaba su mano en frente de Tsukishima para ver si esto lo hacia volver de su trance.

¿pero en que momento salio del baño?

" si, si... ¿ya nos vamos?" Pregunto evadiendo la mirada inquieta de su amigo.

" de acuerdo" fue todo lo que el otro dijo para así empezar su camino a un alejado lugar donde ambos comían.

Con la voz de Yamaguchi de fondo, Tsukishima empezaba a cuestionarse algo que probablemente pasó por alto todo este tiempo.

¿podria estar enamorado de Yamaguchi?

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Las semanas siguientes a esa Tsukishima empezó a poner atención especial en todo lo relacionado con su pecoso amigo.

Quería comprobar a través de lo oído si alguna de esas señales aplicaban a él.

Quería saber si de verdad estaba enamorado de su mejor amigo.

"Rápido Tsukki, rápido. Que si no nos lo perderemos como el año pasado" decía desesperadamente el pecoso desde las escaleras desde el segundo piso de la casa del rubio.

¿La razón?

Bueno hacia unos meses habían planeado ver la lluvia de meteoritos en su casa, ya que la última vez se lo perdieron.

Al ser ambos niños de 9 años, se quedaron dormidos antes de tiempo y perdieron su oportunidad.

Pero ahora no sería así.

Bueno almenos no sería así si uno de ellos no se tardará en la cocina.

"¡Tsukki!" Volvió a llamar.

"Bien, bien, ya voy para allá" dijo mientras llevaba una bandeja con dos porciones de pastel de fresa que compraronde camino ahi y un par de vasos con refresco.

Tenían la casa pues tanto como los padres y hermano del rubio habían salido para darles algo de privacidad por pedido del mismo.

"Pero no entiendo por qué te enojas si vas a querer comer algo después de esto"

"Es que te tardas muchoo" dijo alargando la o en su oración mientras ayudaba a acomodar la mesa de su habitación.

Ahora nada podía salir mal ya que tenían todo lo necesario ahi arriba.

Los minutos pasaron y con ellos el inicio del espectáculo que tanto ansiaban.

La lluvia de meteoritos ya era una realidad para sus ojos.

Ambos salieron del cuarto de Tsukishima hacia el balcón, apreciando aquel evento, montones y montones de meteoritos que se veían como estrellas a lo lejos, tan brillantes y pequeñas que eran dignas de atención, miró de reojo a su acompañante que ¿tenía los ojos cerrados?

Tanto que lo estaba molestando para que al final ni viera aquello.

"Yamaguchi" llamo a su amigo quien solo asintió en señal de que lo oía "¿que  haces?"

"Pido un deseo" dijo simplemente bajo la atenta mirada de su amigo.

¿Un deseo? ¿Aún creía en esas cosas?

Después de terminar la primaria Tsukishima dejó de creer en todas las cosas relacionadas a magia o fantasía, los deseos siendo una de ellos.

Digo, es algo ridículo.

El cerrar los ojos mientras juntas tus manos y piensas en aquello mientras tu ferviente fe esta puesta en un cuerpo celeste compuesto de metales y químicos no pertenecientes nisiquiera a nuestro plano terráqueo es algo completamente absurdo. Solo un tontos creería en ello y Tsukishima Kei no lo era.

Aunque ver a su amigo aun creyendo en ello de cierto modo lo veía adorable.

Unos segundos más y Yamaguchi abrió sus ojos para mirar aún a las "estrellas fugaces".

"¿Que pediste?" Dijo kei aun observándolo.

"No puedo decírtelo"

Pero... "¿Por que no?"

"Por qué quiero que se haga realidad" volteo para mirarlo ahora a él "ya sabes reglas de deseos" y terminar esbozando una enorme sonrisa.

Sonrisa que aceleró su pobre corazón a tal punto de pensar que era un paro cardíaco.

Saben que, olviden lo que dije antes, Tsukishima Kei era un gran tonto y no se arrepentía de ello, pues ahora era el quien, aunque no hiciera los pasos correctamente, pedía aquellas estrellas fugaces que cumplieran su deseo.

Que Yamaguchi Tadashi no se apartara de su lado.

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⏰ Última actualización: Aug 31 ⏰

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