Wanda Maximoff (XIII)

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Wanda dormía profundamente al lado de su esposo, Peter, la noche se encontraba sumamente tranquila para ambos, luego de un día bastante activo para el matrimonio. La embarazada heroína se encontraba siendo completamente dominada por el sueño en ese momento y todo parecía ir bien, hasta que.

Wanda abrió los ojos y en ese momento se dio cuenta de que no se encontraba en la cama junto a su querido Peter, sino que se encontraba en otro sitio, la chica comenzó a caminar para explorar el lugar en donde se encontraba y pudo darse cuenta en ese momento, que se trataba de nada más y nada menos que de una sala de calderas.

-En donde se supone que estoy?-Fue lo que dijo la chica, al mismo tiempo que se iba llevando una mano hacia su vientre ligeramente abultado, cuidando a su bebé que llevaba dentro o al menos pensaba que era uno solo el que estaba esperando ella.

Wanda dio unos cuantos pasos para seguir explorando la sala de calderas en la que se encontraba en ese momento, tratando de averiguar porque estaba soñando con este lugar y queriendo saber el que hacía allí, pero en ese, justo a sus espaldas, una tétrica canción comenzó a sonar, haciendo que se le helara la sangre por unos cuantos segundos y que se pusiera ligeramente nerviosa por ello.

Wanda en ese momento, encendió sus auras escarlatas y sus manos se irradiaron de energía escarlata, comenzando a mirar a todas partes, tratando de hallar la fuente de esa canción tan tetrica que había escuchado hace tan solo segundos y no era una tonta como para no darse cuenta de que se encontraba en peligro, fuera lo que fuera, era un peligro y ella debía estar lista para enfrentar cualquier cosa que se apareciera en su camino.

En ese momento, la chica comenzó a escuchar a lo lejos el sonido de unas cuchillas rechinando contra la pared, haciendo que ella se fastidiara en ese momento y que se cubriera los oídos para no oír ese ruido, al mismo tiempo que de pronto, comenzó a oír una carcajada malévola acercándose lentamente hacia donde ella se encontraba. Wanda comenzó a observar a su alrededor, alerta.

-Vaya, vaya, parece que alguien está cansada y no ha tenido una buena siesta....- Wanda sintió un leve escalofrío al escuchar una voz con tono sarcástico pero al mismo tiempo cruel y amenazante hablarle, por lo que se mantuvo con su pose de combate y observo a su alrededor.

-Quien eres?-Dijo Wanda, estando en posición de combate, mirando a todos lados queriendo ver si encontraba a la persona de la voz.- Será mejor que des la cara de una vez, si no quieres problemas.

-Dulzura, tú no me puedes decir cuando dar la cara y cuando no, este es mi reino, aquí mando yo...-Respondió la voz, mientras que Wanda se mantenía expectante.- Pero veo que ya quieres ver mi hermoso rostro, así que lo haré.

De pronto, un hombre salió esbozando una sonrisa siniestra y sádica en su rostro. Era un hombre de al menos unos 1'75 metros de estatura, que usaba un sombrero marrón en su cabeza, su rostro se encontraba completamente quemado, tanto que a Wanda le recordó al loco de Deadpool al solo verlo. También usaba un Jersey rojo y verde a rayas y lo último y lo que más importaba en este hombre, era lo que traía en su mano izquierda, que se trataba de nada más y nada menos, que de una especie de guante con cuchillas afilados y que le servía como arma. El hombre llegó frente a Wanda y ambos se miraron fijamente, él sonreía de forma sádica y ella se mantenía seria y en constante alerta por el peligro que él parecía representar.

Spider-Man (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora