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Mew se agarra a un escarpa y sostiene a Gulf de la mano

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Mew se agarra a un escarpa y sostiene a Gulf de la mano. La escarpa es en realidad la entrada a una madriguera vacía. Él los adentra y ambos toman asiento a los extremos. —A ver si nos ven desde aquí. — Mew se asoma afuera y grita. James y Freen sonríen aliviados. Preguntan si están bien a lo que Mew confirma que sí. Ellos dicen que irán a buscar ayuda. Mew les agradece y voltea hacia Gulf. —Fueron a buscar ayuda. Pronto saldremos de aquí– Pero lo que ve termina con su sonrisa. Gulf cabizbajo y sentado en posición fetal.

—Cuánto lo siento, Gulf. No debí decir eso–

—Soy yo el que debería disculparse. Ustedes solo querían pasarla bien y yo... Tú intentaste consolarme y recordé a mi ex-esposo. Dios, qué tonto soy, ¿no? Mamá se suicidó porque ya no resistía vivir en este mundo. Papá me dejó porque vio mi locura como una oportunidad para no tener responsabilidades. Tuve un buen esposo y la realidad nos superó. Él era un buen hombre, me hizo muy feliz.

Tan feliz que olvidé Naradia. Pero la renta, los impuestos, los prestamos que olvidó pagar lo volvieron un desconocido vil y monstruoso, empujándome a refugiarme en Naradia. Lo siento. Lo siento, Mew.

—¿Te hizo daño?

Gulf asiente con lentitud e intenta sonreír. —Todo terminó después de que él reconoció que cruzó la línea. Porque la cruzó. Pero lo dejé ser hasta el final. Porque yo sabía que él no era así. Que estaba frustrado. Él se quedó con Bigotes, era muy lindo. Y yo regrese al Hospital Psiquiátrico.

Mew arrastra las rodillas por el pavimento para sentarse cerca. Ambos se miran a los ojos. —Yo te hubiera tratado mejor.

—Lástima que no eres homosexual. — Gulf vacila entre lágrimas, pero ante el silencio, prolonga la mirada. Mew traga grueso. —Tú... lo eres.

—Papá quiere que me case entonces no he dicho nada. Pero, te lo confío a ti y, de paso, te agradezco por traerme a Naradia. — Mew acuna las mejillas de Gulf y limpia las lágrimas con sus pulgares. Gulf sabía que Mew podía ser amable, pero nunca al nivel de limpiarle las lágrimas. Alguien tan pulcro y lujoso como él le darían asco las lágrimas de un pobre, ¿no? Sería lo normal, según Gulf.

Pero en esos momentos, nuestros protagonistas habían descubierto nuevas facetas de sí mismos y aunque sólo habían pasado cuatro días juntos, el viaje los había cambiado. Desde abrir sus más profundas heridas hasta descubrir una chispa entre ellos. Una química irrefutable.

Un helicóptero aparece sobre el acantilado y una cuerda rescatista es lanzada a las rocas. El equipo de rescate se desliza por la cuerda y le dice a los chicos que los subirá de uno en uno. Gulf ofrece a Mew, pero Mew insiste en que vaya él primero. —Yo te seguiré. Tranquilo. — Promete el CEO justo cuando el rescatista abraza a Gulf.

─── ⋆⋅☆⋅⋆ ──

Armando se ha reunido con la hermana de Mew en el restaurante del hotel. Aprovechando su tiempo libre. Él cruzado de piernas y ella igual, vestida como La Parca. —Te has tardado. Quiero saber si pierdo el tiempo contigo.

lo que nos depara el mañana• mgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora