CAPÍTULO IX

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— Si no te molesta y si quieres, ¿Puedes hablarme de tu familia? — la expresión de Felix cambio drásticamente

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— Si no te molesta y si quieres, ¿Puedes hablarme de tu familia? — la expresión de Felix cambio drásticamente.

— Mi familia — murmuró volviendo a la realidad, sonrió tranquilizandose y asintió.— Mi familia era unida, era mi familia perfecta sabes — comenzó a jugar con sus dedos de su mano libre — Mi mamá y mis hermanas eran como unas niñas, se sorprendían por la más mínima cosa, hacían berrinches a mi papá... Al crecer con chicas creo que tomé un poco de sus actitudes — no pudo evitar reír levemente avergonzando, quizás mostrarse afeminado no era lo correcto.

— Que bonito escuchar eso, Felix — apoyó su mentón en la palma de su diestra y observó al pecoso como lo que era, lo más maravilloso del mundo.

— ¿Eso crees? — el castaño asintió y eso relajó al menor — Bueno, papá siempre fue un hombre ocupado pero si queríamos algo no dudaba en cumplir nuestros caprichos... — suspiró — Mi mamá vendía galletas, mis hermanas y yo solíamos ayudarla, ellas estudiaban en línea, ya que al mismo tiempo estudiaban distintas cosas, música, artes marciales y danza — sonrió nostálgico — Mi padre era cirujano, específicamente era dueño de departamento — finalizó y se encogió de hombros.

— Hubiera sido lindo conocerlos... Seguro fueron igual de maravillosos que tú, Felix — puso su mano en el cristal para llamar su atención lo cual logró.

— Gracias... lo eran — sonrió un poco pero finalmente sacudió su cabeza un poco antes de incorporarse y mirar fijamente al castaño — ¿Y tu familia?

"Familia." Realmente no podía decir mucho de ellos, era cierto que Felix no sabía nada acerca del padre de Chan, no sabía que él también estaba ahí, tan cerca de él.

— Mi mamá es ahora jefa de una empresa de modelaje que manejaba mi padre — la expresión de Felix cambió, parecía sorprendido — Mi padre ahora está en prisión... De hecho, el primer día que te vi fue porque visité a mi padre — sonrió — Su juicio será el diez — nuevamente el mayor se sorprendió.

— Un día antes que mi juicio... — murmuró— Vaya, que coincidencia... — suspiró con una sonrisa — Mis hermanas modelaban y varias empresas querían que yo lo hiciera pero al final no quise.

— ¿Por qué? Hubieras sido el mejor modelo.

— Bueno... Creo que soy mejor en la danza y quiero quedarme con eso — se encogió de hombros — De hecho, rechacé a una gran empresa, el CEO parecía furioso pero simplemente no quería.

— Cuando salgas de aquí, sería lindo tomarte unas fotos mientras bailas... Una obra de arte serían — sonrió al ver que el menor lo hacía — Cuando salgas...

— Espero ansiosamente el once de noviembre — bajó un poco su mirada nervioso y suspiró — Quiero abrazarte, ¿Es raro? Quiero que salgamos a muchos lugares, quiero estar contigo... — dijo finalmente. mostró una sonrisa y miró fijamente al chico frente a él.

— Y así será Felix — le devolvió la sonrisa.

"Mis hermanas." Chan era hijo único, pero podía imaginar el cómo se sentiría perder a un hermano. Muchas veces imagino siendo quizás el mayor o menor de los hermanos pero no fue así, estuvo solo todo el tiempo; soportando que sus padres salían y llegaban a la hora que fuera. Tal vez si hubiera tenido un hermano o hermana, sería feliz.

Miró el cielo y recordó la expresión de Felix cuando le dijo que su madre ahora manejaba la agencia de modelaje de su padre. Parecía sorprendido y un poco aterrado, aunque probablemente pudo ser por la coincidencia de sus hermanas.

— Chan — el nombrado alzó su vista hacia Jeongin quien estaba sentado en el sofá. inmediatamente frunció su ceño.

— Aún tienes las llaves... — musitó serio mientras dejaba caer su mochila al suelo y dejaba su suéter el cual estaba mojado por la lluvia.

— Sigues sin llevar paraguas... Podrías enfermarte — se levantó y se dirigió al mayor para tocar su cabello pero el ajeno lo apartó rápidamente — Chan.

— Dime qué quieres y vete — continuó avanzando hasta un sofá donde tomó asiento y observó a Jeongin — Y también dame la llave, ya no deberías entrar más sin preguntarme antes. No somos novios ni mejores amigos, además tu novio podría malinterpretarlo.

— ¿Quieres dejar de mencionar a Changbin en cada cosa que me dices? Por dios, estoy aquí por ti... — frunció su ceño, se dirigió hasta donde estaba el mayor para sentarse a su lado — Lo de las fotografías... Tienes razón, antes sólo quería que me pusieras atención a mí, perdón por eso.

— No importa ya. ¿Es todo? — hizo contacto visual con él.

Se miraron durante unos segundos, la mirada de Jeongin parecía ser inocente pero Chan lo conocía y sabía que no era así. Él estaba ahí para intentar recuperarlo, cosa que no estaba logrando.

— Dime, de casualidad... ¿Tienes a alguien? — murmuró el menor mientras lentamente ponía su mano sobre la ajena, acariciando los nudillos del castaño.

— Jeongin por favor vete — intentó apartarse pero el pelinegro sujetó su otra mano.

— El juicio de tu padre es en unos días... ¿Puedo acompañarte? — preguntó intentando captar su atención nuevamente.

— Como sea, ahora sólo vete —esta vez sí se apartó, teniendo que empujar un poco a Jeongin para lograrlo — Y te pido que el día después del juicio no me busques, sólo somos amigos, actúa como uno — extendió su mano con la intención de que el menor le entregará las llaves que cuando eran novios le dió.

Jeongin suspiró antes de rebuscar en sus bolsillos hasta agarrar las llaves y así entregárselas al mayor, dejando su mano reposar sobre la ajena. Alzó su vista y sonrió un poco.

— Sabes que no puedo verte como un amigo... Y sé que aún no es tarde para que volvamos a estar juntos — se acercó más hasta abrazarlo fuertemente — Aún me quieres... Puedo sentirlo, Channie.

No correspondió el abrazo y tampoco dijo nada, esperó pacientemente hasta que el menor decidiera alejarse. Admitía que pudo sentir una calidez en Jeongin, sin embargo no podía quererlo, en eso el pelinegro se equivocaba, ya no lo quería, a él ya no.

Cuando Jeongin se alejó, lo miró una vez más antes de darse la vuelta y salir de la casa. Chan se limitó a mirarlo irse, sentía pena por él, su desesperación por ser amado y por tratar de convencerse de eso era lamentable, al menos para Chan era así.

De algo estaba seguro, durante el abrazo, sólo pudo pensar en cómo se sentiría abrazar al pelirosado, tan sólo imaginarse a si mismo abrazando a Felix le hizo sonreír ampliamente. Anhelaba tanto que llegara el 11 de noviembre, sería el día en que podría verlo de frente sin un cristal de por medio.

 Anhelaba tanto que llegara el 11 de noviembre, sería el día en que podría verlo de frente sin un cristal de por medio

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