Él me protege

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Cuando amaneció Draken despierta abrazando a su novia, era tan linda que no parecería que podía derrotar a toda una pandilla ella sola, con un beso en su frente la despertó.

-Buenos días dormilona -

-Hola Kenchin - susurro con voz triste.

El recordar todo lo que dijo su hermano la entristecía, toda la vida habían sido Shinichiro y Manjiro, después llegó Emma y Shin empezó a compararla con ella, Emma sabía pelear pero también era delicada, Emma no daba miedo, Emma se había desarrollado más temprano y tenía mejor cuerpo, Emma era bonita y tierna y Manjiro era salvaje, terca, contestona, daba miedo y no merecía ser amada, sin darse cuenta había empezado a llorar.

Draken limpio sus lágrimas y beso sus mejillas, en verdad quería golpear al idiota de Shinichiro Sano, hacer llorar a su novia por razones estúpidas, estaba pensado seriamente ir y golpear al idiota hermano de Mikey.

-Deja de llorar, solo debes llorar de alegría el día que nos casemos -

-Ese día tiene que haber pastel de taiyaki - dijo con un puchero.

-Y lo habrá, será tan perfecto como tú -

-Gracias por quererme Kenchin -

-Ve a bañarte o se nos hará tarde para ir al parque de diversiones -

-Cierto, debemos subirnos a todos los juegos -

-Alistate, yo iré a ver a Remy -

Mikey se desvistió con tranquilidad y tomo un baño ignorando los gritos del sujeto que causaba problemas a las chicas, Kenchin se haría cargo como siempre, se vistió con una falda negra con brillos azules y una camiseta blanca de tirantes, sobre esta se pudo la chaqueta que Draken le había regalado en uno de sus tantos aniversarios, agradecía tener varias prendas de ropa entre las del mayor.

-Ya estoy lista - dice cuando escucha la puerta abrirse.

-Estarias lista si estuvieras desnuda - la voz gruesa era desconocida, cuando se volteo se encontró con uno de los clientes molestos que Draken tenía que golpear para que se fueran.

-Esta no es una de las habitaciones para atender clientes y yo no trabajo aquí - dice Mikey con el ceño fruncido.

-A nadie vas a convencer de eso - se burla el hombre.

Cuando Mikey estaba por golpearlo alguien lo jala y le da un certero cabezazo que lo hace caer inconsciente.

-Maldito bastardo - gruñe Draken pateando el cuerpo inerte.

-Ya estoy lista, solo faltas tú - sonríe Mikey.

Sabía que no tenía nada de que preocuparse y que podía bajar la guardia siempre que el dragón estuviera cerca, él siempre la protegería de todo, incluso de sus propios hermanos.

-Estás hermosa, vamos entonces - dio un casto beso en los afelpados labios de la menor.

Ambos llevaron al parque de diversiones en la Zephir de Draken, Mikey era la única chica que podía montar la motocicleta sin recibir un gruñido aterrador de Draken.

-Rápido, vamos -

-Los juegos no se irán -

-Pero quiero ir primero - hizo un puchero.

-Caprichosa -

-Pero así me quieres -

-Pero así te quiero -

Ambos estuvieron subiendo en todos los juegos que pudieron hasta que se detuvieron a comer a petición de Mikey.
Una chica se acercó a Draken y se colgó de su brazo con demasiada confianza.

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