CAPÍTULO CUATRO.
El sonido y la luz de un trueno que daba contra su ventana fue causante de que se despertara, y su cuerpo se inmovilizó sin saber porqué. Lentamente y con mucho esfuerzo se levantó de su cama, corriendo hacia el dormitorio de sus padres despavorida.
Al entrar, la pequeña saltó sobre la cama matrimonial, y trató de despertarlos, pero ninguno hizo caso. Se acomodó entre ellos, moviendo el cuerpo de su padre para observarlo, y sólo entonces cayó en cuenta de que no tenía rostro y este estaba ensangrentado. Pegó un grito ante la imagen tan bizarra, y se aferró a su madre, abrazándola. Estaba fría.
—Mamá, tengo miedo —dijo, en un chillido tembloroso.
—¿Por qué, mi niña? —le preguntó, acariciando su cabello, pero sus uñas largas y afiladas desconcertaron a la pequeña.
—¿Mamá...?
Y se permitió mirarla, encontrándose con una imagen tan horrible y bizarra como la de su padre, pero peor. Su cara estaba ensangrentada, le faltaba parte de su mejilla y cabeza exponiendo por consecuencia su carne y cerebro putrefactos, con las larvas recorriendo su rostro, sus labios estaban deshidratados, partidos y opacos, sus ojos grises e inexpresivos, y no había rastro de vida en ella, era como un muerto viviente.
—¿Te asusto, cariño? —hizo otra pregunta, pero con un tono impropio de ella, diabólico y a su vez lejano.
La espalda de la niña cayó contra la cama, y se arrastró hacia atrás, tratando de alejarse de la que decía ser su madre.
—¿Te asusto, cariño? —volvió a preguntar, pero esta vez de forma más áspera y fuerte, y ensanchó una sonrisa que puso sus pelos de punta. Sus dientes podridos y llenos de sangre—. ¡Tú me hiciste esto, Adeline! ¡Maldita niña!
La pequeña comenzó a negar, con sus ojos vidriosos y aún arrastrándose hacia atrás. Cuando finalmente tocó el borde de la cama, cayó en un hoyo negro que sumergió su cuerpo.
Y se despertó.
Pegó un brinco y un grito que inundó el dormitorio, y temblando abrazó sus piernas en un intento de esconderse en ellas, y no dejó de gritar mientras las lágrimas caían como cascadas de sus ojos hacia sus mejillas, sintiendo que su madre aparecería frente a ella en cualquier momento, su imagen tan horrorosa apareciendo en fracción de segundos en su mente.
Adeline casi podía oír su propio corazón querer salir de su pecho.
—¡Mierda! —murmuró Leon, saliendo del sueño del que tan a gusto se encontraba antes, oyendo los gritos aterrorizados provenientes de su habitación, y se levantó del sofá para ir a averiguar.
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older, leon s. kennedy
FanfictionOLDER. ❝ creo que necesito a alguien mayor, sólo un poco más frío libérate de tus preocupaciones ❞ ❝ sé que soy muy joven para ser tu amante, pero siempre he querido un hombre para el verano la edad es sólo un número querido, sé que lo entend...