͟͟͞͞➳❥ En el corazón de una familia devota, Génesis creció rodeada de amor y fé. su vida, un reflejo de los valores que sus padres, le inculcaron desde pequeña.
La iglesia era su segundo hogar, y Dios, una presencia constante en su vida. Pero la fé...
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El alba se desplegaba con gracia sobre el horizonte, pintando el cielo con tonos de rosa y naranja que competían por su dominio. Las aves, embajadoras del amanecer, entonaban melodías que celebraban la llegada de un nuevo día. El mar, en su eterna danza, acariciaba la arena con olas que susurraban secretos antiguos. Y en medio de esta sinfonía natural, yacía el cuerpo de una joven, cuyo descanso era custodiado por la arena y el tiempo.
—Despierta, cordero…
Un susurro, delicado como el roce de una pluma, se filtró entre los sonidos del amanecer, llamándola. La joven, cuyo nombre aún era un misterio para ella misma, abrió los ojos por primera vez. La luz del sol, en su primer encuentro con su piel, la bañó en un calor reconfortante. Sus ojos, aún nublados por el sueño, captaron la visión de una mariposa amarilla que danzaba en el aire, sus alas revoloteando en una coreografía divina hasta posarse, con una gracia efímera, sobre su nariz. Un movimiento instintivo, nacido de la sorpresa, envió a la mariposa en un nuevo vuelo, dejando tras de sí un rastro de asombro en la mirada de la joven.
Ella siguió el vuelo del insecto con sus ojos y observó cómo se posaba sobre unos pies que se encontraban a un costado de su cuerpo. La curiosidad la llevó a examinar el calzado de la persona que la acompañaba: sandalias de cuero que se entrelazaban alrededor de sus pies con una simplicidad elegante. Elevó su mirada lentamente, descubriendo que no llevaba pantalones, sino una túnica larga que le llegaba hasta las rodillas. Su vista continuó ascendiendo, y un pensamiento fugaz cruzó su mente, siendo escuchada por el extraño.
