͟͟͞͞➳❥ En el corazón de una familia devota, Génesis creció rodeada de amor y fé. su vida, un reflejo de los valores que sus padres, le inculcaron desde pequeña.
La iglesia era su segundo hogar, y Dios, una presencia constante en su vida. Pero la fé...
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El sol se alzaba sobre el campamento, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. Génesis emergió de su carpa aun adormilada, sintiendo el crujir de sus huesos después de una noche incómoda en el suelo. Las mantas que la separaban de la tierra apenas proporcionaban consuelo. Sin embargo, Génesis se negó a quejarse; había decidido adaptarse a esta nueva vida.
—Buenos días, bella durmiente.
Santiago, el mayor, y Juan pasaron junto a ella con una sonrisa burlona. Génesis les devolvió la sonrisa y se apresuró a recoger sus pertenencias. No quería que pensaran que era holgazana; al parecer, ella era la última en levantarse.
María Magdalena estaba cerca, calentando agua en la pequeña fogata que habían improvisado la noche anterior. Decidió acercarse a saludarla y le preguntó cortésmente cómo había dormido.
—Bien —respondió, pero su expresión le hizo cuestionarse muchas cosas.
Génesis se preocupó. ¿Acaso había roncado? ¿Había impedido que María descansara?. Si era así, no se lo perdonaría por nada. Así que, insistió en saber la verdad.
—No, no roncas —cuando terminó de decir aquellas palabras, Génesis suspiró aliviada.
—¿Entonces, qué fue lo que pasó?
María llevó a Génesis a un rincón apartado, asegurándose que nadie más las escuchara. Allí, con preocupación en los ojos, le explico lo que había pasado esa noche.
