|| 14

166 18 29
                                    

𓆩♡𓆪

𓆩♡𓆪

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





























































































-ˋˏ ༻❁༺ ˎˊ-

La luz del amanecer se filtraba a través de las rendijas de la casa de Génesis, bañando la estancia en tonos dorados y cálidos. La joven se encontraba en el umbral, despidiéndose de su familia. Su madre, Betsabé, murmuraba instrucciones mientras llenaba una canasta con alimentos, su preocupación maternal tejiendo cada movimiento.

—Imma, realmente no hace falta —insistía Génesis, aunque sabía que era inútil discutir con la terquedad amorosa de su madre.

—Quiero que todo sea perfecto para tu viaje, hija —respondía Betsabé, sin apartar la vista de su tarea.

—Solo voy a Caná, Imma. Estaré de vuelta antes de que el gallo cante —trataba de tranquilizarla Génesis, pero Betsabé se detuvo y se enfrentó a su hija, la mirada llena de un amor que trascendía palabras.

—No importa la distancia, mi corazón siempre estará contigo —dijo Betsabé, depositando un beso en la mejilla de Génesis y envolviéndola en un abrazo que contenía todo el amor del mundo.

Ezequiel, su Abba, observaba la escena con una sonrisa divertida, sabiendo que cualquier intento de apurar la despedida sería en vano.

—Deja que la niña respire, Betsabé —bromeó, ganándose una mirada fulminante de su esposa, que lo hizo retroceder, aunque su sonrisa burlona no desapareció.

—Y tú, no seas tan grosera con tus nuevos amigos. Sé tú misma, pero… ya sabes, la mejor versión —aconsejó Betsabé, ignorando la risa de Ezequiel y su hijo.

—No seré grosera, Imma —prometió Génesis, aunque sus mejillas se tiñeron de rojo ante la advertencia.

—Lo sé, linda. Pero también sé cómo puedes ser cuando estás nerviosa —replicó Betsabé con una sonrisa cómplice.

—Es cierto, una vez terminaste pateandome, porque te dio nervios cuando una gallina no dejaba de seguirte —todos rieron porque lo que decía Hadriel era cierto.

Al salir, la voz de su hermano la detuvo.

—¿Volverás, verdad? —La voz de su hermano pequeño llevaba un matiz de preocupación.

—Volveré. —respondió Génesis, ofreciéndole una sonrisa reconfortante antes de dirigirse hacia el monte donde el Rabí Jesús les había pedido que se reunieran.

𝐋𝐀 𝐄𝐋𝐄𝐆𝐈𝐃𝐀 / 𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐎𝐒𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora