La música me aturdía y las voces de tanta gente junta me quemaban la cabeza. No la estaba pasando mal, pero ya me estaba cansando del ambiente. Pato y Seba no paraban de reirse de estupideses que decían, yo me reia poco y aportaba a la charla hasta ahí.
- Mirá esa minita que está allá, ya vengo.- dijo Patricio viendo a una piba que se lo comía con la mirada, típico.
No voy a decir que todas lo miraban a él y a mi no. No es por ser egoísta, pero es verdad. Igual no estoy tanto para esa. O si, no sé.
Seba se fue de un momento para otro a no se dónde y me quede solo en la barra de ese bar.
Con mi cerveza dándole la espalda a la multitud.
No pensaba en nada en específico. Ultimamente no me dedicaba mucho a la joda y toda esa movida. Me gustaba salir, pero no tanto como mi hermano. Patricio era tremendo, podía estar con más de una en la misma noche y tomar hasta estar sobrepasado de alcohol. Era un re tipo, pero cuando salia se volvía loco.- Una cerveza por favor.- se escuchó una chica a mi lado. No miré ni presté atención.
- Bien dulce no?.- le preguntó el barman diciendo una obviedad y medio coqueto. Un banana mal.
- No, la más amarga que tengas.- dijo y el tipo este se sorprendió. Claramente no era una mina que le sacabas la ficha asi nomás como las otras.
Seguí tomándo de mi birra hasta que senti que me hablaban.
- Te acompaño? Por lo menos tenemos el mismo gusto.- dijo la flaca mientras tomaba de la birra recien abierta.
Era la misma que yo estaba tomando. Amarga, negra.
- No puede salir mal, no?.- dije y levanté mi lata para chocarla con la suya. Tomamos los dos a la vez mirándonos fijo.- Sola?.- le pregunté
- Si, raro?.- dijo sonriendo de lado.
- Para nada.- respondí recorriéndola con la mirada.
La observé mejor. Remera transparente con un corpiño rojo con encaje de bajo. Short negro corto y borcegos negros. Mamita.
Volví la mirada a su cara cuando empezó a bailar de la nada. Qué ves? de Divididos había comenzado.
Movía sus brazos con destreza y los ponía en su cabeza toacndo su pelo con la cerveza en la mano aún.
Inconciente me mordí el labio.- Dale soltate rubio.- tomo mi mano y me alejo de la barra. Lejos de la gente pero a la vista.
Bailamos un poco. Mis manos guiaban su cintura y sus brazos se pozaban en mis hombros.
- Bailás bien, me sorprendiste.- dijo soltando una pequeña risa.
- Vos tambien morocha.- enterró sus manos en mi nuca y me miró.
Sin pensarlo dos veces la besé. Como si no fuése la primera vez que nos besábamos. Feróz. Ágil. Amargo. Dulce. Apasionado. Todo junto. Que bien que besa esta piba por favor.
La acorralé con la primera pared que encontré y la volví a besar.
No me pude contener y escondí la cara en su cuello atrapándolo a besos.- Que apurado rubio.- tiró de mi musculosa, tirando su cuello hacia atrás atrayéndome a un lugar más oscuro.
- Me decís rápido pero miráte a vos.- digo cuando me dí cuenta que me encerró en el baño.
- Shh.- dijo con una sonrisita y me volvió a besar.
Nos besamos a más no poder. Recorrí con mis manos todo su cuerpo. Sin dejar nada sin tocar.
Me sacó la musculosa de un movimiento rápido y me miró. Todo.- Para un toque rubio.- se mordió su labio y volví mi cara a su cuello.
Bajé más y besé sus clavículas. Esa remera estorbaba bastante. Se la saqué sin pudor y ella no se quejó.
Ahora sí, aprobeché y besé y lamí todo. Ella dejó su cabeza hacia detrás dejándome más espacio. Jadeos de su parte me hicieron sonreir en sus pechos.
Quería más. Necesitaba más y yo también.- Te ves linda así pero no es suficiente.- dije dándole una última mirada a ese corpiño rojo.
Ella se dió vuelta para que yo pueda desabrocharlo. Dejé un beso en su espalda y tomé con las manos el abrojo.
Apunto de desabrocharlo algo nos interrumpió.Tres toques en la puerta.
- Ocupado.- gritó la morocha en frente mío, agitada.
- Ay, te falta mucho? No me aguanto.- sonó una voz chillona del otro lado
La morocha se dió vuelta virando los ojos. Yo me reí al ver su reacción.
- Tranquila que esto no va a quedar acá hermosa.- dije dándo un último beso en su cuello y abriendo la puerta.
Esa noche no la ví más. Parecía que se había esfumado. Intenté pero no la ví. Al final me terminé volviendo solo, Pato se iba a la casa de alguna y ni me gasté en hablar con Seba.
Me acosté y me quedé mirando al techo. Esa mina, por ahora sin nombre, me volvió loco. Como bailaba, me miraba y su destreza besando y moviéndose. Me mató.
Me comí la cabeza hasta que me dormí. Que noche y qué flaca.arrancamos foerte.
cortito como introducción.
imagínense lo que se viene.saludos, sueñen con guido en ese baño haciendo barbaridades.
ESTÁS LEYENDO
Satisfacciónes - GUIDO SARDELLI
Fiksi Penggemar"pero si algo que te pueda pedir, tus satisfacciones son para mí.."