MISHA:
El escenario había cambiado drásticamente. Pasé de encontrarme entre las calles empedradas de Kioto a estar frente al mega domo donde se llevaría a cabo el concurso.
Sabía de primera mano el detalle de la ubicación, sin embargo, no creí que fuera posible esa enorme estructura tradicional con puertas grandes de vidrio en vez de paredes.
Podía ver desde aquí el lobby, aunque como típico evento, a la entrada estaban los policías correspondientes revisando las pertenencias en busca de guardarnos de todo peligro. Al ingresar, las miradas llenas de escarnio no pararon.
Era como si me metiera en un territorio custodiado por leones muy hambrientos.
La persona a cargo, una mujer de mediana edad con gafas, revisó mis papeles rápidamente.
—Todo parece en orden, Misha-san. Por favor, sigue esta fila para la revisión de tu portafolio.
Asentí, agradeciéndole. A medida que me aventuraba por el pasillo, no solo noté la cantidad de participantes, sino también lo bien estructurado del evento.
La decoración era sin duda impresionante. Conocía cada dibujo y estilo en los hologramas reflejados. Incluso al maestro "Yusuke Murata", ilustrador de "One Punch Man" en él; Garou cósmico estaba en una pose marcial con los ojos centellantes a través de esa sombra poderosa.
—¡Ah, mi corazón! —expresé emocionada, derramando un par de lágrimas—. Es precioso, las curvas, esas líneas. Me acabo de enamorar.
Lentamente seguí caminando hacia la mesa de inspección, encogiendo mi anatomía porque claro, si no me ven, entonces no existo. Es ley fundamental. Mi corazón latía con fuerza. Debo calmarme o empezaré a sudar como puerco.
Al alcanzar la mesa de revisión, un hombre maduro se levantó de su asiento, saludándome cortésmente.
—Hola, buenas tardes. Mi nombre es Kabuto, soy asesor de la editorial Kami No Tsubasa Publishing —sonaba tan profesional, es lo que nunca entenderé de los japoneses.
—Mucho gusto, mi nombre es Misha Aguilar —respondí haciendo una reverencia, dándole mi mejor sonrisa.
Empujé mis lentes desde el puente de la nariz, parpadeando varias veces antes de poner al frente mi mochila, sacando una pequeña carpeta forrada con estampas de todos los animes vistos.
Desde Kaleido Star hasta Dragon Ball, le debe resultar extraño a Kabuto-san ya que su ceja no deja de hacer ese arqueo curioso.
—Muy bien, Misha, entonces comencemos —él extendió la mano. Inhalé profundo, poniéndome en modo tieso cuando entregué mi corazón en sus dedos.
Rápidamente tomó el sobre manila, abriéndolo limpiamente. Sacó todo mi trabajo en esas 20 páginas, acomodándolas con ligeros golpes en la mesa, comenzando a dejar de lado la portada poniéndola boca abajo.
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Las líneas del Tintero
RomanceA los 23 años, Misha dejó Latinoamérica con un objetivo claro: hacerse un lugar en la industria mangaka, específicamente en el género seinen, dirigido a adolescentes y adultos. Ahora, a los 25 años, su mini frigorífico contiene solo bebidas energét...