Mamá no come, no vive.
Desde lo que pasó, sobrevive solamente.
Muchas son las veces que han tenido que obligarla a tomar agua, no mucha, solo lo suficiente para seguir teniendo lágrimas que llorar y de pasó, ya sea, para no morir por deshidratación, sin embargo, si se intenta hacer lo mismo con la comida, salvó por algunas ocasiones dónde gracias a mi que le doy directamente en la boca como a una niña pequeña, ella no lo hace.
A veces duerme mucho y otras nada.
Llora todo el tiempo, todos los días desde que la rutina de nuestras vidas se rompió; en ocasiones la escucho sollozar en voz baja al tenerme en su vista, como si intentará evitar que la viera llorar, también cuando ya se quedó seca de tanto llorar.
Y muy al contrario mío, que durante los primeros días vivía rompiendo todo lo que viera a mi pasó, mamá jamás rompió nada, contrario a eso, ella se aferró a todo aquello que le recordará a él (siendo yo lo principal de "aquello", irónicamente), tampoco grito al mundo y a todos frases fuera de las típicas: "¡Callense!", "¡Quiero estar con él!", "¡Mienten, déjen de mentir!", y "¡Déjenme regresar con él, por favor!".
Como su hija y como lo único físico que aún la tiene atada a él, me es triste verla de esa manera, me siento culpable con el solo hecho de verme al espejo y ser el vivo recuerdo de su enfermedad y cura.
Tres semanas infernales hemos pasado así desde entonces. No estamos solas o eso es lo que me dicen, pero siento que solo somos ella y yo contra el mundo mentiroso y desconocido.
A veces, cuando me halló en tranquilidad, me hago todo tipo de preguntas e ideas, como esa que surgió en mi mente antes de que tocaran la puerta de mi "nuevo cuarto".
-¿Puedo pasar, cariño?-En tan solo unos días, su voz y forma de tocar la puerta se había vuelto inconfundible.
La mamá de mamá, mi abuela, ella estaba tras la puerta pidiéndome pasar.
-Hazlo...-Y yo, su nieta, el fruto del desastre infernal que vivio su hija, estaba del otro lado, acostada en mi "nueva cama", mirando hacia el techo en silenció.
Cuando entró, lo hizo mirando alrededor.
Se que siempre que lo hace espera ver abiertas las cajas con todas las cosas que compraron para mi, se que espera ver la luz atravesar por la única ventana del cuarto... También se que se decepciona bastante cada día al entrar y no ver nada de eso; lo se porque la escuchó suspirar con tristeza apenas entra, como también lo hace siempre que escucha -junto a los demás miembros de su familia- a su hija llorar por las noches, sin saber que poder hacer por ella realmente, solo viéndome a mi como si yo tuviera otra mejor solución más que entrar a su habitación y dormirme con ella entre sus brazos, los cuales aferra a mi alrededor, llamando con dolor a mi papá, a su amado.
-Haré mi famosa sopa roja, le pondré bastante remolacha. ¿Quieres venir a ayudarme?-Deje de mirar el techo para mirar hacia ella.
-¿Cuál de las dos te dijo que yo cocinaba? ¿La psicológa o la psiquiatra?
Me pareció irónico. ¿No que todo lo que habláramos quedaba en secreto?
-No lo dijeron claramente, solo nos lo dieron a entender-Contestó con algo de nervios. Siempre actúa así conmigo, como si no me quisiera hacer enojar, a diferencia de su esposo, o sea, mi abuelo y padre de mamá que me trata como a una completa desconocida en su horrible casa.-Creí que sería bueno para acercarnos la una a la otra, creo que sabes de lo que habló. Quiero recuperar nuestro tiempo perdido de abuela y nieta, incluso tal vez pod-...
-Mamá no va a bajar a ayudarnos-Corte.
Se que en parte lo que dijo era cierto, en su voz notaba su deseo de conectar conmigo, pero este momento que me ofrecía era más tratar de "ayudar" a su hija que para otra cosa.
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🔪 El padre, la hija y la madre ||Psychocuties
FanfictionLo que el padre calla, sale a la luz en el hijo; y a menudo, he encontrado desvelado en el hijo, el secreto del padre.-Frederick Neitzsche. Para el único fruto inocente de aquella enfermedad llamada "relación", su realidad pasó de ser tan clara como...