No sé ni qué escribir ni cómo hacerlo...
Hace ya mucho que no toco este desgastado cuaderno. Lo cojo y leo las dos primeras entradas, pero nada más. Han pasado demasiadas cosas en estos últimos...meses...aunque no sabría decir cuantos a ciencia cierta.
¿Por dónde empiezo? Creo que empezaré por donde me quedé.
A las semanas de irme a vivir con Al, Let empeoró su estado. La fiebre aumentó demasiado y se notaba que el simple hecho de respirar le costaba. Estaba claro que cada inspiración y espiración para ella era un juego mortal, aunque ¿para quién no ahora mismo?
Los medicamentos ya no le hacían efecto y la situación fue cada vez a peor. A las pocas semanas de empeorar me temía lo peor. Odio acertar en mis predicciones...fue muy difícil ver como Al se hundía en ella misma, apenas me hablaba. Parecía una niña chica encerrada en su habitación la mayor parte del tiempo.
Después de perder a Let me sentía fatal. No tenía una gran relación con ella, ni siquiera llegamos a mantener una relación más extensa de un simple "hola" y "adiós", tampoco tuve el tiempo suficiente para cogerle algo de cariño. Lo que realmente me hacía sentir mal era ver a Al...Sus ojos ya no tenían ese brillo, su cara se ensombreció y su estado de animo calló en el declive más absoluto y radical posible.
Los suministros que teníamos entonces nos duraron unos pocos días más. Cada día desde la muerte de Let intentaba levantarle algo el animo a Alice, pero ella estaba totalmente destrozada, lo único que hacía era levantarse e ir a sentarse unas horas en la improvisada tumba que le preparamos a su madre. Me partía el corazón verla así.
Un día me levanté y le dije que ya era hora de irme a buscar comida; y para mi sorpresa se levantó y se preparó para ir conmigo. Decía que no quería tener que preocuparse por mi cada vez que me fuera por ahí a explorar como hacía cada semana, y para asegurarse de ello, desde ese día me iba a acompañar en mis escapadas. Me fue imposible rechazar su oferta, pero por una parte no quería que viniera...una cosa es arriesgar mi vida y otra muy distinta es llegar a arriesgar la suya, pero acepté sin rechistar y nos fuimos. Cogí mi mochila y otra que tenía en mi habitación para Al; también busque las pocas herramientas que me quedaban y algo para comer y beber. Fuimos en busca de algo para sobrevivir.
Desde ese día fue totalmente habitual que ella viniera conmigo cada vez que iba a buscar cosas. También noté como su estado anímico subía y como nuestra relación mejoraba. Tras unas semanas ya estábamos totalmente compenetrados, tanto que con un simple gesto ya sabíamos que decía el otro. Esta en concreto fue una técnica que fuimos mejorando. Por las noches dormíamos en el "salón" donde habíamos colocado nuestras camas...
El estar con ella y congeniar tanto hacía que recordara a Juth. Esas tardes en su casa viendo una peli o simplemente criticando lo que hacía o no el otro durante el día. Aún recuerdo el día del primer ataque...
Yo estaba en su casa, sus padres y los míos habían ido a una comida de la cooperativa. Estábamos solos en el sofá viendo la tele cuando escuchamos una explosión, fuimos corriendo a la ventana sólo para ver como, cinco manzanas más allá de donde estábamos, un edificio se caía y en su caída le iba dando a los otros, parecían fichas de dominó haciendo el tan famoso efecto mariposa. Salimos de su edificio al ver que las explosiones se acercaban a nosotros y cogimos mi coche. Esa fue la última vez que la vi, la última vez que vi esa cara de niña con sus mofletes rosas, esos ojos marrones que se achinaban cuando se reía. El coche que había a nuestro lado explotó y una marea de gente nos arrastró en direcciones opuestas, luché contra la corriente para encontrarme con ella, pero no logré verla. Grité su nombre, pero no había respuesta. Lo peor vino cuando el edificio que estaba justo en frente de mi empezó a caer. No sabía que hacer, tenía que huir, pero quería encontrarme con Juth; trozos grandes de edificio caían por todos lados y yo solo esquivaba escombros y coches destrozados. Hasta que al final todo el edificio calló. No recuerdo nada...al caer el edificio la calle se hundió a los aparcamientos que estaban debajo y yo caí con ella. Solo recuerdo que me desperté y era de noche; y al salir de ese enorme socavón, solo vi una ciudad devastada, consumida por el fuego y un silencio incomodo.
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En tiempos de guerra
General FictionNathan Blacke vive en una ciudad asolada por la guerra civil producida tras el desastre final de la 3° guerra mundial. Está guerra ha provocado un fuerte golpe en el estilo de vida del país, obligando a todos a hacer lo que sea para sobrevivir...