Capitulo 6

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Alex le iba a donar sus pulmones a Martina. Bueno, si podía. Empezaron a hacerle pruebas para ver si era compatible, y efectivamente lo era. Lo iba a hacer estaba decidido, se los iba a dar.

Firmo todo lo que tenía que firmar, el quería que ella viviera, feliz, que amara, que estuviera con su gente, que tuviera una vida sana y duradera. ¿No habéis oído que a veces por mucho que quieras a alguien el mejor acto de amor que puedes hacer es dejar que sea feliz aún que no sea contigo? Pues a eso se aferraba Alex.

Sabía que alomejor lo pasaba un poco mal al principio, al final y al cabo, no se iban a volver a ver nunca más, pero el pensaba que era lo mejor.

Ya tendrían tiempo de vivir todo lo que les ha quedado en otra vida. Se amarían y formarían su familia como tenian planeado. Estarían juntos y con sus hijos, también un perrito y en una casa de dos plantas con un pequeño jardín alejados de la ciudad pero no en medio de la nada, tal y como quería Martina.

Ellos se amaban y ellos lo sabían, y con eso habían llegado a su meta en la vida, encontrar al amor de su vida, a su alma gemela y ellos ya no habían encontrado.

Así que Alex le escribo una carta a Martina para cuando ella despertará, puediera tener un pedacito de Alex en el que se despedía. Ya los estaban operando y en lo último que pensó Alejandro antes de anestesiarlo y por tanto dondar los pulmones, fue en Martina.

-Te amo martina- fueron sus últimas palabras.

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