04.

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En la misma plaza del día anterior, Slash paseaba a Charizard con la vista atenta. Quería saber si de por casualidad el chico de ayer también estaba ahí.

Llegó a la misma hora. Hizo el mismo recorrido. Y aunque el parque estaba igual de lleno que ayer, aquel muchachito de risa tímida no estaba por ningún lado.

A las cinco y media de la tarde suspiró rendido, dándose cuenta de que Axl no aparecería.

Era una estupidez lo que estaba haciendo, pero en serio le gustó mucho como para ridiculizarse de esa manera.

Recuerda a la perfección sus ojos rasgados, igualitos a los de un gato. Su cabello largo, de un bonito rojo cobrizo y perfecto cayendo como cascada por debajo de sus hombros. Todo de ese niño era perfecto.

一Vamos, Charizard, hoy no es el día de suerte 一cogió con más fuerza la correa, avanzando para el lado de su casa.

El resto del camino se fue con un puchero en los labios, entre triste y molesto.

Izzy lo llamaría loco por quedarse más de una hora esperando a alguien que no conocía. Y probablemente tuviese razón.

Tocó el timbre de su casa una vez frente a la puerta. Para su desgracia, se le habían quedado las llaves en el casillero de la escuela y no estaba seguro de que sus padres estuvieran en casa. Tenían un horario inconcreto, muchas veces trabajaban hasta altas horas de la noche, en especial en esta época.

Al no recibir respuesta, soltó la correa de Charizard para poder ingresar su extendida contraseña de números y letras y así llamar a su madre.

No tuvo miedo de que su mascota se escapara, porque Charizard no era esa clase de perro. Él siempre lo dejaba suelto cuando Charizard lo exigía, a menos que estuvieran en un lugar con muchos autos circulando.

一Mamá, tengo un problema... 一dijo con el teléfono pegado en su oreja, mirando por la ventana, quizás estaba abierta.

No alcanzó a oír la respuesta de la mujer pues Charizard ladró fuertemente, saliendo disparado hacia la calle.

一¡Charizard! Espera, mamá, ya te llamo.

Cortó la llamada, guardando el aparato en su bolsillo y corrió tras el perro.

Retira todo lo dicho de que Charizard no era de escaparse. Slash no sabía qué mierda le estaba pasando al animal.

一¡Charizard!

Se detuvo en seco al notar que este había doblado en la esquina de la calle. Se apoyó sobre sus rodillas, respirando agitadamente.

Maldijo y siguió corriendo, logrando alcanzarlo. O al menos visualizarlo.

Charizard estaba sobre este mismo chiquillo de ayer, ladrando emocionado. Axl sonreía, acariciándole las orejitas.

一¿Eres tú el perrito de ayer, bonito? 一su sonrisa se expandió, parecía muy contento.

¡Guau, guau!

Slash se acercó a ellos en silencio. Su corazón no dejaba de golpearle la caja torácica por la velocidad en que latía.

¡Literalmente, esto es el destino!

一¡Lo lamento! Se escapó y no lo alcancé 一dijo Slash, ya frente al chico一. ¡Charizard, ¿qué pasa contigo?! 一le regañó, intentando distraerse del nerviosismo.

一¡Está bien! Me parece gracioso que se haya repetido lo de ayer 一sonrió al ver al canino saltar en dos patas.

Slash necesitaba el número de ese precioso chico. ¡Se reencontraron, cómo eso sería casualidad!

Tratando de controlar su emoción, se dijo a sí mismo que no perdiera la oportunidad e intentara hacer algo.

一Creo que realmente le gustas, Charizard jamás había salido corriendo tras alguien de esa manera 一buscó los ojos contrarios一. Ni siquiera sé cómo te reconoció. Es decir, estábamos bastante lejos de aquí.

Oyó otra pequeña carcajada que lo hizo temblar.

一Charizard... ¿Es por el pokémon?

Hudson se sonrojó, avergonzado. Duff siempre se reía de él por eso, y se molestaba con el mayor, pero que ese pelirrojo le preguntara por la originalidad del nombre, se sentía distinto.

一Sí 一susurró, bajando la mirada con pena一. Es una tontería, lo sé...

一¡No! Es un bonito nombre 一tranquilizó el más bajo, sonriendo, y Slash no pudo evitar copiarle el gesto一 Bueno... ¡Debo irme, pero un gusto de volver a verte, Charizard! 一observó al cachorro una última vez, quien ladró.

一¡Espera! 一gritó el ruloso, sobresaltando a ambos一 Digo- Perdón. Yo s-olo... solo 一las palabras se enredaron en su lengua, alterado一 ¿Puedo tener tu número?

¡Mierda!

Ambos con las mejillas rojas. Tímidos.

一Perdón, no quería sonar atrevido, pero... ¿Creo que a Charizard le gustaría volver a verte? 一su tono estaba lleno de duda, porque él mismo sabía que estaba usando la excusa más ridícula y poco creíble para coquetearle. O intentarlo.

Idiota, idiota, idiota.

Las bonitas manos de Axl acomodaron su cabello rojo con otra risita baja. Sus mejillas brillaban en un color taaaaan bonito, que Slash sintió la necesidad de comerlo a besos.

Axl solo asintió, esperando a que el ruloso sacara su celular para dictarle los dígitos.

Una vez Slash ya tenía el contacto, que guardó como "Chico de ojitos bonitos, futuro esposo", le sonrió, despidiéndose y tomando a Charizard para volver a su hogar.

Ya alejado del pelirrojo, gritó a los aires vibrante, saltando junto al canino de felicidad.

一¡Lo logré, Charizard! ¡Lo logré! 一abrazó al peludo, que movía la cola y ladraba de alegría.

Su emoción fue tanta que ni notó el auto de su madre estacionándose a un lado suyo.

一¡Saul Hudson, me tenías preocupada! ¡Pensé que te había pasado algo, me cortaste sin explicación!

Ni los reproches de su enfadada progenitora le borraron la sonrisa. Corrió hasta ella y la abrazó, la mujer no entendía, pero ver a su hijo tan feliz al igual que su mascota hizo que se rindiera con el reto y sonriera inconscientemente.

La alegría de Slash siempre fue muy contagiosa.

poto + luna = axl | slaxlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora