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Habían pasado dos semanas desde su última cita. Slash quiso invitarlo antes a la playa, pero lamentablemente, al parecer sus profesores se habían puesto de acuerdo para llenar a ambos chiquillos de trabajos, por lo que no tuvieron tiempo.

De todas formas, sin importar aquello, Slash se las ingenió para pasar la mayor parte de su tiempo con el niño de ojos gatunos. Estaba contento porque Axl se volvió rápidamente amigo de sus amigos, y se sentía bonito ver eso.

De vez en cuando Slash coqueteaba bobamente con él, y es que no podía resistirse. Axl sólo se sonrojaba y reía tapando su rostro.

Justo el día anterior a ese tuvieron un momento íntimo, distinto a cualquier otro. Axl le estaba explicando un ejercicio de matemáticas cuando Slash no pudo evitarlo y su cabeza se desconectó totalmente de los números y multiplicaciones confusas y se quedó observándolo fijamente, casi que con corazones en los ojos.

De un momento a otro, su vista bajó a los labios del pelirrojo y fue ahí cuando este lo notó.

Fueron pequeños segundos de contacto visual, pero los mejores sin duda. La repentina tensión fue percibida por ambos y lo único que Slash quería era besarlo.

Pero se contuvo, diciéndose que no era el lugar adecuado, no en la biblioteca de la escuela con la señora esa que lo callaba a cada rato. Maldita bibliotecaria.

Aunque no tenía miedo de parecer atrevido, pues creía haber dejado claro con sus acciones que Axl le gustaba, sólo que no lo decía en palabras.

一¡Ya tengo todo! 一anunció Axl, saliendo del baño que quedaba dentro de su habitación.

El ruloso lo esperaba paciente sentado en el borde de la cama, observando las adorables decoraciones en las paredes junto a algunos dibujos.

Una vez salieron de Asap, fueron a casa de Axl para que este pudiese buscar su ropa de baño, toalla de playa, entre otras cosas necesarias.

Slash había guardado sus propias pertenencias el día anterior, por lo que no fue necesario desviarse a su hogar.

一¿Tú haces los dibujos? 一preguntó, fijo en un papel de acuarela que tenía pintado una terraza lluviosa con un gato parado en la baranda.

一Sí... No son muy bonitos, pero mamá dice que debo lucir lo que hago 一jugó con sus manos, le avergonzaba que vieran sus trabajos.

一¡¿Qué dices?! ¡Están preciosos! 一soltó sincero, era impresionante el realismo que lograba.

一Gracias, Slasher 一sonrió y guardó el bloqueador en su bolso一. ¿Vamos?

一Vamos.

***

一¡Aquí es! 一habló animoso, habían llegado a una de las playas más bonitas en Los Ángeles y para su suerte, el lugar estaba casi vacío.

Se acomodaron colocando las toallas sobre la arena y solo se quitaron los polones.

Axl untó la crema protectora por sus brazos, piernas y rostro, todo bajo la atenta mirada del chico a su lado.

一¿Quieres? 一ofreció y él asintió.

Una vez estaban con el bloqueador listo, se recostaron en la tela bajo sus cuerpos.

Axl estaba acostado boca arriba, con los ojos cerrados y las manos a sus costados. Slash estaba acostado de lado, observando al niño disimuladamente.

Era una obra de arte, uno de esos poemas cortitos de máximo cuatro líneas, pero que aún así lograban mucho con sus pocas letras. Tan profundo y sensible.

poto + luna = axl | slaxlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora