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Quackity estaba bastante emocionado. Roier lo había invitado a una cita esa tarde, lo triste es que su tiempo era limitado y solo estarían dosnhoras juntos, ya que su madre le había dicho que debía llegar lo más temprano a casa para ayudarla a cocinar.

Quackity estaba con su mochila sobre sus hombros mientras caminaba hasta la salida del instituto, ya que aquel lugar era el punto de encuentro con Roier.

Al notar que los amigos de Lauren estaban de camino a la salida, tensó su mandíbula y sintió su corazón acelerarse con molestia; debía de tener cuidado.

-Hola, hola-. saludó uno de los amigos de la ex de Roier. -Es el
maricón.

Quackity miro al otro y retrocedió un poco. Debió haber tomado la otra ruta, sin duda alguna.

-Ehm. No tengo tiempo -Quackity habló mientras les mostraba una sonrisa casi sin ganas. -Debo irme ya y...

-Cállate, ¿crees que nos importa?inquirió uno de los más altos de
allí y le arrebató la mochila a Quackity, lanzándola al otro chico.
Quackity vió como su mochila comenzó a pasar de mano en mano en ellos.

Eran cuatro personas, y ellos cuatro estaban pasandose su mochila como si de una pelota se tratase. Tragó en seco mientras intentó arrebatarle su mochila a uno, pero este le empujó y pasó nuevamente el bolso de color negro a otro de sus dos amigos.

Quackity habló ansioso mientras se daba cuenta de la
situación; Roier seguro estaba esperándolo y su tiempo juntos se
agotaria antes y deberían de esperar a otra fecha para pasar la tarde juntos. Sus ojos comenzaron a lagrimear mientras perseguía su bolso negro. -Ya.. Basta...Denmela.

Uno de los que medía aproximadamente diez metros más que Quackity detuvo la mochila y la alzó hacia arriba, parándose de puntillas.

-Si la alcanzas nos iremos -el sonrió, pero Quackity frunció su ceño, nonmuy complacido por aquello.

Se acercó y se paró de puntitas, intentando alcanzar la mochila, pero simplemente no podía.

-Densela-. la voz de Roier se hizo presente en el lugar después de
que este haya estado buscando a Quackity; finalmente lo encontró. – Ahora.

El chico miró a Roier con una mirada venenosa, pero le otorgó la
mochila a Quackity sin rechistar y mandó a los otros bravucones a que lo siguieran lejos de allí.

-Perdón la demora.. -Quackity relamió sus labios mientras abrazaba su mochila totalmente dolido. -Lo lamento.

-No te disculpes-Roier sonrió, intentando darle confianza al
pelinegro para que no se sintiese mal. -Mamá dijo que no necesitaría ayuda, podemos ir a tu casa si quieres a ver una película.

Los ojos de Quackity brillaron y asintió sin dudarlo. Se acercó al castaño para poder dar un casto beso en su mejilla, y ambos se sonrieron el uno al otro.

B O Y S? - [ Spiderduck ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora