K ; Naya es una de los pocos humanos existentes, una mujer inteligente que junto a Mae buscan devolverle la esperanza a los pocos humanos existentes en un mundo de simios, pero Naya se ve en un conflicto al conocer a Noa y darse cuenta que su gente...
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OO2: Disputas y aves.
NAYA CORRIA CON TODAS SUS FUERZAS, después de su movido encuentro con los simios, ella y Mae decidieron volver a la ciudad. La pelinegra no iba a mentir la situación se había salido de control en cuestión de segundos, creyó que estaban a salvo detrás de los arbustos pero se equivocó, Mae estaba herida debido a la roca que la golpeo y seguramente también estaba molesta.
—Esto no habría pasado si no los hubieras seguido—Ataco la castaña mientras se sobaba el golpe.
La pelinegra la miro con incredulidad, no estaba hablando enserio.
—¿Mi culpa?—Su tono de burla era evidente—te dije que no tomarás nada de ellos, pusiste a sus caballos ansiosos claramente se dieron cuenta.
—Si, pero moviste el arbusto y por eso se dieron cuenta que aún seguíamos ahí—Reclamo mientras se abrazaba a si misma, ahora que había perdido la manta debía pasar frío nuevamente.
—Apenas y me moví, ellos tenían buen oído—Se justifico Naya—tu misma lo dijiste antes de ir a ese lugar, que ellos eran más inteligentes y peligrosos. Pero yo solo ví a unos simios vivir sus vidas con normalidad.
—¿Eso te pareció normalidad?—Cuestiono incrédula la castaña—las historia, las que nos contaba mi madre sobre ellos, ¿Las olvidaste?. Ellos no son normales, se dice que su especie no debería hablar.
Naya simplemente la miro de reojo, esas historias dejaron de importar hace mucho, le parecía improbable el creer que en el pasado había tantos humanos como simios.
—No discutiré—Aclaro Naya ignorando a la castaña—debes dejar de meterte en problemas, hemos estado corriendo por todos lados escapando de los simios que viven cerca de la bóveda.
—Ya te explique nuestro propósito—Le recordó—no podemos dejar que se apoderen de lo que está ahí y que maten a más humanos.
—¿Siquiera hay humanos ahí?—Cuestionó la pelinegra—pasaron 300 años.
Mae no dijo nada, simplemente se puso de pie y caminó hacia afuera. Susurro que iría por comida y que se quedará ahí a esperar, pero Naya estaba ansiosa cualquier intento de esconderse las delataría más. Habían estado escapando de esos simios sin parar los últimos días, todo por el propósito que Mae cree tener. Naya no lo entiende del todo, solo que debe encontrar algo en esa bóveda que podría ayudar a los humanos y por supuesto que la pelinegra acepto pensando que sería fácil, que equivocada estaba.
—No me quedaré aquí, me aburro—Se dijo así misma para después salir del lugar y correr hacia cierta aldea a las afueras. Cuando llegó no hizo nada más que esconderse entre los árboles y arbustos, si Mae podía ocasionar problemas, ella también podía.
Estaba cansada. Cansada de huir y siendo perseguida por los simios, pero tampoco quería decepcionar a Mae, ella creía que había nacido para ese propósito mientras que Naya solo estaba feliz de estar viva y sentirse bien, sin preocupaciones. Cuando escuchaban las historias Mae era la única que parecía molesta y triste, por otro lado Naya no creía en las historias, para ella eran simples cuentos inventados ya que jamás había conocido algo así, ¿Que los humanos reinaron la tierra?. Ja, que risa. Pero ella no creía en esto debido a que nació 300 años después de lo sucedido. Estar entre los arbustos era entretenido, podía observar la vida cotidiana de los simios y era encantador, algunos niños simios jugaban y saltaban sobre el césped, las aguilas volaban hacia la torre más alta y las mujeres simios se encargaban de la comida, espero ahí hasta que la noche llegó.