No supe cuanto tiempo paso sin embargo lo único que me di cuenta fue cuando un marisco volador se estrelló en mi cara a lo que chille
-Lo siento! Se resbaló!-se excuso Finnick con una débil sonrisa en el rostro. De seguro era por qué la situación l...
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RACHELSALLOW
Me senté en las orillas de la playa para observar el mar, en silencio contemple su belleza por qué las aguas eran magníficas hasta que sentí una presencia a mi lado
– Oye ¿Que acaso tú no trabajas? –Volteo rápidamente mirándolo con mala cara y al verlo reacciono
Es Finnick odair
–Eso no te importa..–Respondí de mala gana en voz baja
No odiaba a Finnick, solo que no me sentía a gusto a su lado. Una increíble desconfianza crecía en mi cuando estaba a su lado por qué definitivamente no lo conocía
– ¿Estas enojada? No te he hecho nada..– Dice algo nervioso mientras deja su tridente a su lado
– No estoy enojada Finnick
–Genial. ¡Sabes mi nombre!
En verdad pensó que no lo sabía? El era uno de los tanto muchachos que se entrenaban para los juegos del hambre
En el distrito cuatro los niños suelen ser entrenados desde corta edad, a pesar de eso a mi madre no le agrada nada la idea así que ella solo decide entrenarme en el arte de la natación
Todos los del distrito cuatro teníamos muchas cualidades en común y esas eran nuestro buen nadado
–Entonces no trabajas? Bueno yo si. –En ese momento el se levantó con ayuda de su tridente –Si no trabajas no comes Rach
Por qué me llamaba Rach? Ni siquiera congeniamos
–Tengo a mi hermana que trabaja Odair -Le recuerdo
–Y? Yo igual y aquí estoy Rach – El solo me sonrió una última vez para dirigirse a dónde se encontraban los pescadores que recibieron a Finnick con una sonrisa en rostro
Si no trabajas no comes....
Acaso los demás distritos vivían de manera diferente a la nuestra? En el cuatro son pocos los niños que piden teselas
No tenía información de los demás distritos por qué mi madre no me contaba ese tipo de cosas además de que en la escuela no tocamos el tema de la creación de panel
Suspiro mientras sigo mirando el mar a lo que me acerco para retirarme mis sandalias para sumergir mis pies en el agua
Después de todo aún soy una niña de ocho años tratando de ser normal en este mundo donde eligen a los tributos de cada distrito para que se masacren entre ellos
Era horrible, el solo pensarlo me revolvía el estómago
Los niños desde los 12 años hacían participe en la cosecha
