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Junio 17, 1996
Liam suspiró cuando entró a la biblioteca y vio a Pansy sentada en una de las mesas.
—¿Como es la última tutoría que te daré quieres que termine rápido y por eso llegaste temprano?—Pregunto Liam, con diversion
Pansy se asustó, pero le sonrió.
—En realidad, creo que son nervios—Dijo Pansy, acomodándose el uniforme
Como Liam, había dicho, hoy era la última clase que le daba a Pansy. Puesto que se terminaría el año y el Potter sabía que lo de las tutorías solo era para ese año.
—¿Nervios de que?—Preguntó Liam, mientras se sentaba a lado de la Parkinson
—No lo se—Dijo Pansy—. Solo...lo siento.
Liam la vio confundido, pero aún así, le extendió una manzana.
—Gracias.
—De nada—Dijo Liam
—¿Me dirás por qué siempre me traes manzanas?—Pregunto Pansy, mientras mordía la manzana
—Solo por ser la última tutoría—Dijo Liam. Y eso, para ambos sonó triste—. Bueno, una vez le pregunté a mi mamá, como podía estudiar sin sentirme agotado. Y ella dijo que la manzana me ayudaría. Y si lo hace.
—¿Pero, la manzana por qué?
—La manzana no solo te da vitaminas B1 y B6–Explicó Liam, mientras acomodaba libros en la mesa—. Si no que, también, evitan el agotamiento mental y refuerzan la memoria.
Liam le sonrió. Pansy, lo vio con algo de sorpresa.
—A parte—Volvió a hablar Liam—, aunque en mi opinión no deberías preocuparte por eso, pero fortalece el pelo y las uñas.
—¿Por qué no debería preocuparme?—Pregunto Pansy
—Porque...digo, ¡mírate!—Liam la señaló—. Eres preciosa, y no hablo sólo del como te ves. Si no de todo en ti. Eres inteligente.
Pansy sonrió mientras sentía su cara arder.
—Para mi, eres la única chica del colegio, que no necesita preocuparse del cómo se ve—Dijo Liam, con una sonrisa
Pansy sintió un impulso de besarlo. Pero se detuvo ante el recuerdo de su padre diciéndole que solo serían tutorías, nada de enamorarse de él.
Así que se sintió incómoda. Liam giro su cabeza para buscar la pagina de la poción que le explicaría hoy, hasta que sintió como Pansy le daba un beso en la mejilla, justo en donde tenía el lunar.
—Gracias, Liam—Pansy le sonrió
Liam se perdió en la sonrisa de la Parkinson. Parecía que solo existían solo ellos dos en la biblioteca. Sus ojos verdes olivo, brillaban. Sus pestañas largas. Sus labios delgados y rosados. Sus mejillas, que parecían estar rojas por el anterior comentario que había hecho.
