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Julio, 1986
—¡Mamá!
Un niño de 8 años se encontraba persiguiendo a su hermano de 6 años.
—¡Harry no quiere vestirse!
El niño de 6 años se rio y siguió corriendo.
—¡Harry! ¡Ven acá!
El niño bajo las escaleras. Su hermano lo persiguió.
—¡Harry!—Se escuchó el grito de su madre
—¡Papá!—Grito el pequeño Harry
El pequeño Harry corrió a esconderse detrás de su padre que acababa de cruzar la puerta principal.
—¡Harry!—Grito su madre—Ven acá.
Harry negó con la cabeza, mientras la asomaba.
—No.—Dijo Harry
James comenzó a reírse, haciendo que Lily le fulminara con la mirada. James dejó de reír, pero alzó los hombros.
—¿Ves lo que causan tus genes?—Dijo Lily acercándose a buscar a Harry
—¿Los míos?—Dijo James
—Harry...ven aquí, por favor. Te vas a enfermar. Te acabas de bañar. ¿Te quieres enfermar?
La familia Potter era muy famosa. Sobre todo después de aquel suceso del 31 de Octubre de 1981.
James y Lily Potter siempre habían hecho todo por defender a sus hijos. Y que no tuvieran que crecer en el mundo de la guerra.
Era por eso que ambos estaban dispuestos a pelear para que Voldemort no les hiciera daño. Sobre todo cuando Harry era el niño de la profecía.
Así que se habían escondido con el encantamiento "Fidelio" y habían asignado un guardián. Sirius Black había sido el elegido—por James—ya que decía que era su mejor amigo. Pero Sirius lo vio muy obvio. Así que había propuesto a Peter Pettigrew.
Por un tiempo había vivido bien, y tranquilos. Hasta que un día, Sara Baker, una de sus viejas amigas mientras iban a Hogwarts les había advertido que Peter los había traicionado y que Voldemort iba hacia ellos esa misma noche.
Justo detrás de ella había aparecido el hermano menor de James, Justin Potter. James al principio creía que iba a matarlos ya que, lo último que supo de él había sido que Justin se había convertido en un mortifago con el intento de que su pareja, Regulus Black, no se convirtiera.
