Alyssa y Aegon II targaryen, los famosos mellizos de la dinastía de la casa del dragón. Conocidos por irse en contra de la familia de su madre para proteger el reclamo de su hermana mayor para con el trono de hierro y a su vez protegiendo a la famil...
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El nacimiento de los Mellizos Targaryen
Red Keep, desembarco del rey.
110 D.C
Rhaenyra se encontraba llegando de su matutina salida con Syrax cuando al llegar a la fortaleza roja se le fue informada de que la que alguna vez en el pasado fue su mejor amiga estaba en labor de parto, dando a luz a su primer medio hermano o hermana, El clima de ese día era increíblemente cálido para desembarco del rey, el sol en su mayor punto de esplendor y sin la más mínima pizca de brisa, aumentando el caluroso ambiente que era del total agrado de los miembros de la casa targaryen. A Rhaenyra por unos segundos le llega a su mente el recuerdo del momento en que perdió a su madre en un día muy parecido a ese con la diferencia de que se encontraban en un torneo y ella no logró sobrevivir y mucho menos su hermano Baelon que murió a las horas junto a la difunta reina Aemma Arryn.
La joven heredera decidió dejar todos sus problemas de lado junto a sus miedos y dilemas para acompañar a su madrastra en un proceso tan difícil como aquel. Corrió por los grandes pasillos de la fortaleza roja hasta llegar a los aposentos de la reina, donde su padre ya se encontraba caminando de un lado a otro con notorio nerviosismo enfrente de la gran puerta de caoba tapizada, esperando noticias.
— Padre, ¿cómo se encuentran?.— la voz de rhaenyra saca de sus pensamientos a los dos hombres que se encontraban cerca de la puerta, siendo Otto hightower el más sorprendido de ver a la princesa.
—Apenas ha iniciado, esto puede tomar más tiempo de lo normal, rhaenyra, mejor ve a descansar, no te preocupes, yo mismo te avisaré cuando todo haya acabado...— el rey viserys miró preocupado a su primogénita, sabiendo el dolor que le causaba esta situación.
Los gritos de alicent no se hicieron esperar sobresaltando a la joven heredera, siendo este acto no pasado por alto por ambos hombres que incluso por un segundo Otto se compadeció del miedo que atormentaba a la princesa, pero como dijimos anteriormente solo fue por unos leves segundos.
— Me quedaré contigo, padre, si no puedo entrar con ella, déjame al menos poder acompañarte en la espera...— dijo con voz firme, mirando a su padre, quien no pudo negarse al pedido de su adorada hija que día a día le recordaba más a su amada Aemma.
El rey asintió aceptando el pedido de su hija y atrayéndola a su cuerpo dándole un cálido abrazo, uno que ambos necesitaban en ese momento para intentar inútilmente aliviar los nervios que los estaba comiendo a ambos por la situación, pero Otto era el más reacio a tener cerca a la princesa heredera para cuando nacieran sus nietos y definitivamente no dejaría que ella se acercara al nuevo miembro de la casa hightower y arruinará todos sus planes, pero lo que la gran mano del rey no sabía es que el mismo presenciará el nacimiento de su verdugo y el de la casa hightower por cometer tales actos de traición, siendo sus malas decisiones los que llevaron a que rhaenyra tuviera los mejores aliados que pudo imaginar tan pronto pudieron valerse por sí mismos para apoyarla en su reclamo al trono de hierro.
