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Stolitzø | AU

• Universo Alterno •

Dónde las cosas fueron diferentes para Blitzø, dónde su vida no fue un infierno hasta recién llegada su adultez. Y en un intento por hacer un trato para permitirse realizar su trabajo y darle una mejor vida a su hija , terminó por tomar la mejor decisión de su propia vida.

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Blitzø dormía plácidamente en su sillón, con un chorro de su baba saliendo de su boca abierta. Había estado toda la noche agendando clientes, ya que eran épocas de Halloween... Y estadísticamente, en esas épocas hay muchas más almas pasando al cielo o al infierno. Así que había mucha gente dispuesta a pagar para arrastrar a quien quisieran al infierno. Estaba a pocos días de la luna llena, lo cual significa solo una cosa; su noche de fornicación con su amante, así que debía estar más energético que nunca.

Seguía en lo suyo, durmiendo y babeando tranquilamente. Hasta que su plácido sueño fue interrumpido.

—Papi... ¡Papá! —Exclamó una pequeña niña. Blitzø despertó de pronto al escuchar lo último dicho.

—...¿Q-Que? ¿Que pasa? —Preguntó aún con sueño.

—¿Puedes por favor firmarme esto? —Preguntó una pequeña niña de cuatro años llamada Loona.

—¿Ah?... ¿Y eso que es Loonie? —Preguntó su padre.

—Es un reporte de la escuela... Me dijeron que tienes que firmar. —Respondió apenada.

—¿Eh? ¿Hiciste algo malo, Loonie? —Preguntó.

—Unos niños me empezaron a molestar de nuevo... Y los golpee como me dijiste. —Respondió.

—Lo hiciste bien, linda. —Dijo y firmó— Ve a jugar cariño, papá está muy cansado ahora y solo quiere dormir. —Dijo y la niña hizo caso.

Blitzø volvió a acostarse en su sillón. Tenía mucho sueño, pero no podía dejar de pensar en su hija y en el acoso escolar que estaba recibiendo, debido a que esta era una hellhoud y él era un IMP, además de no tener madre y ser cuidada únicamente por él. Los niños de su escuela comenzaron a hacerle burla por tener únicamente a su padre y que este fuera una raza diferente e inferior a ella, eso le molestaba, le molestaba muchísimo y más sabiendo que no puede hacer nada más que enseñarle a defenderse.

Debido a sus bajos recursos, Blitzø no podía darse el lujo de tener a su hija en una escuela mejor, así que solo le quedaba enseñarle a esta a como lidiar con todo aquel idiota que intente molestarla.

Si tan solo él no hubiera Sido tan idiota de creerle a esa mujer, que iban a ser felices con una familia, ahora él no estaría pasando por esto. Aunque ahora tenía a su hija, que era lo más amaba de todo el infierno, aún así se lamentaba de haber tomado esa decisión.

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—Claro... ¿Podrían por favor traerme dos tazas de café, una leche, tostadas, un plato de galletas y una crema batida a mi habitación? —Dijo el príncipe Goetia por teléfono, ordenandole a sus empleados. Pronto colgó la llamada y se recostó en el respaldo de su gran cama matrimonial. Su amante, quien estaba sentado al lado suyo, fumaba un cigarro mientras revisaba su celular.

—Ya te memorizaste mis gustos, ¿No? —Dijo el IMP con una sonrisa. Stolas sonrió y se escabulló debajo de las sábanas y asomándose por el muslo de su amante.

—Bueno... Ya con muchas noches  teniéndote aquí y todas las salidas, ya pude conocer mejor tus excéntricos gustos alimenticios. —Respondió el Goetia.