❀ Blossom... | Kenma Kozume × Lectora.

Capítulo 9 | A primera vista.

❝ Intenta razonar sobre el amor y perderás la razón ❞

—Oye, Kuro.

—¿Mm?

Silencio.

El anterior aludido levantó la mirada del cómic que leía solo para gastar tiempo y avistó a su compañero cabeza de flan, que mantenía su atención en la pantalla de su teléfono. Ninguno dijo algo. Y ese extraño silencio despertó la curiosidad del pelinegro, quien cerró el cómic para prestar mayor atención.

Kenma entrecerró los ojos, no muy seguro de cómo proseguir. Movió sus dedos sobre su teléfono y contestó un mensaje de su amigo-rival, Shoyo, antes de abrir la boca para continuar:

—¿Alguna vez... Has visto a una persona y no has podido dejar de mirarla desde entonces?

—... ¿Qué?

Hubo otro silencio. Una mezcla entre la incredulidad y confusión de Kuroo y el escepticismo de Kenma. Ambos se miraron a los ojos, Tetsuro frunció el ceño y Kozume suspiró ante esta muestra de confusión.

—No es nada, olvídalo. —concluyó el pequeño pudín.

—¿De qué se trata?  —Kuroo, ahora más curioso por la situación, se acomodó en las gradas de la cancha, apuntando su cuerpo al menor— Anda, dime.

Kenma arrugó un poco la nariz y volvió a pensar en cómo expresar con palabras entendibles para su amigo. Pensó y repensó. Su frente de arrugó al no poder encontrar una forma clara de decirlo y pronto se volvió un fastidio darle tantas vueltas, así que solo meneó la cabeza y se resignó.

—No sé cómo explicarlo. —dijo, ante la mirada expectante de Kuroo y una expresión curiosa de Yaku que, supuestamente fue a buscar una pelota extraviada, pero de inmediato paró la oreja— Es como... Como no poder dejar de mirar a una persona, y de querer mirarla aún mas, incluso si ya la estás mirando.

—¿No poder apartar la vista de una persona? —Kuro cerró los ojos pensativo y puso sus neuronas a trabajar— Um.... Mmm... Dame más detalles.

Kenma guardó silencio una vez más, sus ojos viajaron entre un Kuroo pensativo; un Yaku que ahora lo miraba directamente, sin ocultar su curiosidad; y luego volvieron de nuevo a la pantalla de su teléfono.

—No hay nada más. —contestó finalmente— Solo... Solo es eso. No poder apartar la mirada de esa persona, seguirla a donde vaya, es como estar bajo un hechizo.

¿Era eso? El joven de primer año frunció el ceño, ¿Estaba bajo un hechizo?

Muy en el fondo sabía que era algo absurdo, tan absurdo como enojarse con la gravedad porque hacía su trabajo al provocar que la pelota de volley cayera al suelo, pero no podía evitarlo. Quería darle una razón a esa extraña sensación, cualquier cosa, se conformaba incluso con lo más estúpido jamás dicho por alguien.

No quería creer que la razón por la que seguía a esta persona con sus ojos a donde fuera que se dirigiera, o que quisiera saber lo que ésta hacía, se debía a algo tan espeluznante como el acoso o algo así. Él era solo un chico al que le gustaban los videojuegos, no era posible que fuera un acosador cuando nunca se interesó mucho por ninguna persona, se negaba rotundamente a creerlo.

Así que si la razón se debía a algo tan estúpido como un hechizo, él lo creería incluso a sabiendas de lo irracional que era.

Yaku y Kuroo compartieron una mirada silenciosa mientras Kenma fruncía el ceño un poco más. Posteriormente, Kozume sintió la mano de Yaku sobre su hombro, lo que hizo que dejara de lado sus pensamiento y elevara la vista para observar al superior.