Capítulo 11 | Mezcla de emociones.

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—Tú... ¿Estás celoso de Remi?

Kenma parpadeó y Shimura también, los dos se miraron en silencio. Kenma apretó los labios y su nariz se arrugó ligeramente, ¿Qué demonios estaba diciendo este chico?

—¿A qué te refieres con eso? —interpeló el chocoflan, sus ojos se turnaron para ver la pantalla de su móvil y la cara de Shimura.

—Bueno, has estado mirándolas todo este tiempo. —añadió el de cabellera rojiza, golpeando la punta de su lápiz contra la libreta abierta frente a él— Solo lo supuse.

—... ¿Por qué estaría celoso de su amiga?

—Supongo que porque son demasiado cercanas. —el chico miró hacia donde estaban tú y Remi. Ustedes estaban sentadas frente a la otra, compartiendo un escritorio, y, con la ayuda de Kazuki, le ayudabas a tu amiga con la actividad de la clase de hoy.

Kozume guardó silencio. Sí, él también había pensado en lo cercana que eran. Incluso si ustedes tenían su historia de antes de entrar a la preparatoria, incluso si fue gracias a ella que tu relación con tu madre evolucionó(?), a miradas externas, ustedes parecían ser tan cercanas... Como una pareja.

Sus cejas se fruncieron ante el pensamiento y su irritación incrementó cuando el jefe final mató a su personaje en el videojuego y un "you lose" de colores vivaces apareció en la pantalla de su móvil, burlándose de su batalla perdida.

¿Qué demonios? ¿No era más lógico... Sentirse irritado -no celoso, porque él NO estaba celoso- por Kazuki?

Kenma dirigió sus ojos a Remi, su mirada la avistó como si quisiera quemar la nuca de la peliazul y le provocó un escalofrío a la chica, que inmediatamente levantó la vista y miró alrededor. Sus ojos y los de ella se encontraron y ambos tuvieron una breve lucha de miradas, posteriormente, Remi le sonrió con burla y sujetó tu mano, levantándola en el aire como si quisiera presumirle su cercanía contigo.

Los ojos de Kenma se entrecerraron como dos rendijas y, por consiguiente, la sonrisa de Remi creció.

—Creo... —Kozume balbuceó, llamando la atención de Shimura que dejó la actividad de lado y ahora luchaba por encontrar la última palabra de una sopa de letras— Que ella es un poco molesta.

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—_______. / Hanae-san. —ambos jóvenes te llamaron y se acercaron a ti al mismo tiempo— Vamos a casa juntos.

Ellos hicieron una pausa y se miraron entre sí. Remi cruzó sus brazos y levantó una ceja, y Kenma soltó un suspiro, completamente disgustados por la casualidad de haber dicho las mismas palabras al mismo tiempo. Tú te quedaste inmóvil, sin entender por qué el ambiente se sentía tenso de repente.

—Um...

—Vamos. —Remi se adelantó y sujetó tu mano con la intención de impulsarte hacia la puerta del salón.

—¡Ah! Espera, Remi. No he terminado de organizar mis cosas..

Mientras hablabas, un agarre en el extremo de tu abrigo te hizo detener y girar la cabeza. Kenma sostenía la tela del abrigo entre sus dedos y ejercía fuerza, la suficiente como para que no te alejaras.

—Nosotros siempre nos vamos juntos. —espetó él, mirando fijamente a Remi.

—¿Ah? ¿Y eso qué? —la peliazul frunció la frente con molestia— Pueden irse juntos otro día. Vamos, _______.

Remi jaló de ti, pero Kenma también jaló de tu abrigo así que te quedaste quieta en medio. No entendías ni eras consciente para nada la situación que se desarrollaba.

—Uh.. Mis cosas-...

—¡_______ se irá conmigo! —exclamó Remi, mirando mal a tu "pareja", que se negaba a soltar tu abrigo— Incluso si eres su novio, ya la acaparaste por mucho tiempo, ¿No crees? Tenemos planes para hoy, así que suéltala.

Kenma aplanó los labios y parpadeó de Remi a ti. Tus ojos intercalaban de tu amiga a tu supuesta pareja con confusión, un poco alarmada y nerviosa porque sabías del temperamento explosivo de Remi y temías que esto resultara en una discusión violenta, que seguramente sería iniciada por la peliazul. Era claro que no comprendías lo que pasaba y él tampoco lo asimilaba por completo. ¿Por qué sujetaba tu abrigo con tanta insistencia? ¿Por qué quería impedir que fueras con Remi? Era tu amiga, así que era normal que volvieran juntas a casa y tuvieran planes, y él no tenía por qué interferir en eso.

Lo sabía, lo sabía muy bien. ¿Entonces por qué... Sentía que perdería si te soltaba?

«¿Estás celoso de Remi?», la pregunta de Shimura resonó en la cabeza de Kenma y él apretó su agarre alrededor de tu abrigo.

¿Resultaba que al final su compañero tenía razón? ¿Celos? ¿Era eso lo que sentía? ¿Por eso su pecho se oprimía incómodamente y sus cejas se fruncían al verte tan cercana a otra persona? ¿Y todo esto se relacionaba con eso del «amor a primera vista» que Yaku mencionó en esa conversación trivial?

Era una emoción confusa. Se sentía irritado, como si el solo hecho de saber que, en realidad, él no era tu prioridad pudiera hacerlo sentir incómodo y molesto. Si él no era tu prioridad, ¿Cómo podía ser importante para ti? ¿Cómo podía hacer que solo lo miraras a él? ¿Cómo podía acercarse más a ti, tanto.. Tanto hasta que llegara el día en que pueda presumir a otras personas de esa intimidad?

«¿Estás celoso de Remi?», recordó una vez más las palabras del pelirrojo.

¿Celoso? ¿Que si sentía celos de la forma en que Remi podía acercarse a ti? ¿De la forma en que parecías más relajada con ella? ¿De cómo brillabas mucho más a su alrededor? Sí, lo estaba, le irritaba no ser él el foco de tu atención. Ahora era consciente de ello.

—... Hanae-san. —Kenma dejó de prestar atención a Remi y te observó fijamente a los ojos. Sin embargo, no dijo nada. Sintió que su boca se secó y se le dificultó hablar.

—¿Kozume? —lo llamaste, tu cabeza tildó hacia un lado en señal de confusión. El aludido te enfocó una vez más, ahora estabas sonriéndole— Prometí que ayudaría a Remi a estudiar y olvidé decírselo. Lo siento, podemos volver juntos mañana. —entonces, mientras sonreías, gesticulaste silenciosamente con tus labios— No le causaré problemas hoy, puede irse, Kozume.

Kenma sintió una ligera punzada en su pecho, fue incómodo y desconcertante. Sus ojos te observaron un poco más y, muy lentamente, dejó ir la tela de tu abrigo. Entonces, te vio organizar tus cosas en tu mochila antes de despedirte de él sacudiendo tu mano libre en el aire mientras Remi te arrastraba fuera del aula y ella le daba una última mirada de reojo para después irse. Kenma, que todavía sentía su pecho retorcerse incómodamente, solo pudo mirar la mano con la que sostuvo tu abrigo con una mezcla de emociones complicadas.

Abrió y cerró su mano, como si eso fuera a deshacer el cosquilleo que sentía en la punta de los dedos, con las que se aferró a ti.

Era cierto, después de todo, todavía creías que todo esto se trataba de esa propuesta.

Apretó un poco los labios y elevó su mano hasta su cabello, sacudiendolo ligeramente para tratar de deshacerse de la sensación de pérdida que sintió al verte salir del aula con Remi.

Era frustrante.

—... Elígeme a mí, Hanae-san. —susurró las palabras que antes no pudo decir cuando se aferraba a tu abrigo, con una pequeña pizca de esperanza de que su surruro llegara a ti.

Pero no fue así. Kenma organizó su mochila sobre su hombro y soltó un suspiro antes de salir del salón. A pesar de que era lo mismo todos los días, esa tarde, los pasillos de la preparatoria Nekoma se vieron más solitarios y el ambiente se sintió más más silencioso que de costumbre.

Desde que comenzaron con toda esta mentira, esa fue la primera vez que Kenma volvió a casa por su cuenta...

Mientras veía la calle que esta vez no recorría contigo de regreso a casa, Kenma inevitablemente se preguntó... ¿Cuándo... Se había convertido en alguien tan egoísta?

❀ Blossom... | Kenma Kozume × Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora