ODIO EL CIGARRO
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Lo odio, pero fumo cada vez que quiero sentirme cerca de mi padre, una vez más recordarlo a él y sus consejos ingeniosos. Mientras fumo en el comedor donde él me enseñó y ayudó con tareas del colegio, en la lavandería donde me enseñó que no se me van a caer los huevos porque limpie lo que ensució, en el patio junto al árbol que sembramos juntos (según él, pero yo ni podía caminar cuando él lo plantó) y tratamos de construir un columpio que gire como un trompo, y así cada parte de la casa me recuerda a él.En esta casa que tanto le costó comprar, como él decía, con sangre, sudor y lágrimas, pero sobre todo mucho miedo, porque sin miedo no existe el valor. Pero lo que más me hace sentir cerca de él es el olor del cigarro, el humo entrando a mis pulmones y haciendo trucos con el humo como él hacía para que yo me riera de sus ocurrencias. Pero sinceramente espero poder dejar de fumar porque ODIO EL CIGARRO.
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¿Somos un... cliché?
RomanceEsta historia refleja el típico cliché del callado con la parlanchina, del que es tranquilo y de la que le gusta la adrenalina. Entre otras cosas, espero que les guste y amen a Mailo y Luciana tanto como yo, al igual que a los otros personajes, obvi...