... Sueño ...Corro como si me estuvieran persiguiendo y adelante está mi papá. Él también corre, entonces extiendo la mano para alcanzarlo, pero no lo logro por más que lo intento. Siento como si llevara horas corriendo. En eso, el contorno cambia y estoy en la playa a la que íbamos cuando queríamos festejar algo. Estoy sentado tan cerca de la orilla que el agua toca mis pies. Volteo a todos lados, pero ya no está mi papá. Comienza a oscurecerse y, a la par, comienzo a llorar. De pronto, todo está oscuro y no veo nada. Camino, pero al poco tiempo tropiezo y comienzo a caer...
...
Despierto sudando y como si hubiera caído en la cama, haciendo que rebote en el colchón. Miro a todos lados y caigo en cuenta de que estoy en mi cuarto, que fue solo un sueño. Me siento en la orilla de la cama, agarro mi teléfono: son las 4:43 a.m. Ya no quiero soñar nada, así que me dirijo al baño que está en el pasillo.
Me baño por una hora, más o menos. Tengo todavía dos horas para llegar a trabajar a las 8:00 a.m. Entonces (aunque no e dormido más que 1 hora) saco una camiseta ploma y un short deportivo negro. Me pongo los tenis negros con plomo y bajo a la sala-comedor, donde tengo todo regado. Aprovecho para acomodar un poco al paso mientras guardo mis cosas para hoy: el short de natación, el gorro, los lentes, unas chanclas y la toalla para secarme. Me fijo en el horario y tengo dos turnos de dos horas en la mañana con los mayores: los de 15-17 primero y después los de 12-14 hasta las 11 a.m. Después, en la tarde, tengo a los más pequeños de 6-8 años, dos horas de 2 a 3 p.m., y con los de 9-11 hasta las 5 p.m. Bueno, solo espero que nadie se pele o se golpee hoy. Desayuno, me pongo una gorra y salgo. Falta una hora todavía para mi hora de ingreso, pero pienso nadar un rato antes de que lleguen los chicos.
Así es, la vida que llevo desde mis 17 años es monótona y aburrida, incluso cansadora, con dos trabajos y una alimentación regular, sin metas a futuro más que existir y cuidar de la casa de mis padres.
Me llevo bien con las vecinas, pero no hablo mucho con ellas. No quiero dejar que la gente se acerque a mí y al final termine alejándose de mí. Ya no soportaría más pérdidas, así que decidí vivir mi vida en MODO AVIÓN.
Aunque ya tenga 21 años, no siento la necesidad de cambiar mi rutina. Me llevo bien con mis colegas de trabajo, pero no tengo amigos. Mis estudiantes son buenos chicos, pero tampoco cuentan como amigos. Así que soy un poco raro, supongo, por preferir estar solo. En mi otro trabajo estoy rodeado de un clima más movido, lleno de excesos y alegría según muchos, ya que soy bartender. Pero solo me gusta escuchar las historias de los demás (chismes), y bueno, así me distraigo un poco mientras los clientes del bar se sienten escuchados. Es un ganar-ganar.
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¿Somos un... cliché?
RomanceEsta historia refleja el típico cliché del callado con la parlanchina, del que es tranquilo y de la que le gusta la adrenalina. Entre otras cosas, espero que les guste y amen a Mailo y Luciana tanto como yo, al igual que a los otros personajes, obvi...