Último Adiós.

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Ya me iba de Guanajuato y lo extrañaba, llegué a mi casa todo lloroso, mi madre me recibió muy contenta porque había regresado, pero mi padre no lo estaba, ya que me había ido de mi casa sin su consentimiento.

En el lapso de una semana sin vernos Santiago volvería al D.F. no para quedarse, sino para ir a casa de sus tíos y luego tomar un avión que lo dejara en la frontera donde se cruzaría ilegal a EE.UU. Santiago llega al D.F. un sábado, fui por él a la Terminal como cuando lo conocí la primera vez, de hecho estábamos recordando como nos conocimos, solamente llegó para despedirse, ese día lo pasamos juntos, paseamos y recorrimos varios lugares de mi ciudad, recuerdo que él me dijo: quiero que estemos juntos (se refería a lo sexual), nos fuimos a un hotel llamado "Pánuco" que estaba frente a mi escuela y al entrar a la habitación Santiago me tomó de una forma que nunca antes, me besaba con desesperación,e tiró sobre la cama quedando con lo brazos abiertos, me empezó a besar como loco, beso mi cuello, me arrancó la camisa y hizo un camino de besos hasta llegar a mi pantalón donde estaba mi pene que ya estaba erecto por el placer que sentía; bajó mi cremallera y empezó a hacerme sexo oral por lo cual soltaba unos jemidos por el placer. Luego subió y me dijo: te toca a ti, empecé a besarlo e hice lo mismo que el hizo conmigo, Santiago y yo estábamos demasiado excitados por lo que estaba ocurriendo. Me dijo: llegó el momento, ¿Estás listo?, tomó un preservativo y se lo colocó y luego tomó el lubricante y se lo aplicó a su pene. Empezó a penetrarme lo cual me dolía un poco pero se sentía muy rico, fue despacio y luego fue acelerando a medida que nos íbamos moviendo al compás. Terminamos y me dijo que fue maravilloso a lo cual sonreí y lo besé, ahora eran nuestras lenguas las cuales jugueteaban una con la otra, después nos bañamos y nos sentamos a platicar; él y yo sentados en la cama cruzamos nuestros meñiques sinónimo de promesa, nos prometimos que jamás íbamos a dejar de tener comunicación, que algún día íbamos a volver a estar juntos otra vez y esa fue nuestra promesa.

De repente Santiago sujetó mi rostro llorando y me dijo: tu vas a estudiar, te vas a superar, yo me voy a EE.UU. y me voy a cuidar para ti, voy a estar trabajando para traer dinero y hacer nuestra casa. Ese día lloramos mucho juntos en el hotel, en la cama; nos despedimos y esa fue la última vez que lo tuve frente a mí. Se fue a casa de sus tíos, me fui a mi casa porque a la madrugada siguiente partiría al aeropuerto para irse a la frontera.

Al día siguiente tenía planeado ir al aeropuerto para verlo por última vez pero no tenía dinero, el día anterior me había dicho que su vuelo salía a las cuatro de la mañana y que su tía lo acompañaría, a lo que respondí: a mí no me importa yo me tengo que despedir de ti, tengo que abrazarte, besarte y desearte lo mejor porque te vas. Fue muy difícil para mí, tenía que levantarme muy temprano para alistarme y salir al aeropuerto, además no tenía dinero para llegar.

Ese día mi papá escucha ruido, se levanta y se dirige a mi habitación, me dice: ¿Tú qué estás haciendo?, le dije: ahorita vengo, voy al aeropuerto, me dijo: ¿Tú que vas a hacer en el aeropuerto?, se puso bien loco, me grito: tú de aquí no vas a salir, esta es la última que me haces saliéndote de la casa porque te da la gana, quieres hacer lo que quieras y esta vez no. Efectivamente fue muy tajante y cumplió su palabra de no dejarme salir, se puso en la puerta. Le rogué, le supliqué que me dejara salir; ya estaba desquiciado, entré en un plan de si no me dejan salir me voy a volver loco.

Cuando mi padre me dice: no tienes permiso de salir y no te voy a dar dinero, le respondí: me están esperando en el aeropuerto, por lo menos déjame hablar por teléfono, a lo que por compasión cedió, salí de casa, bajé a un teléfono público (ya que en mi casa no había línea telefónica) introduje la moneda, le marqué a su celular y le dije llorando: mi amor mi papá no me dio permiso, me está vigilando que suba en un rato a la casa, si no subo él va a bajar por mí, solamente quiero que pesas que te amo, nunca te voy a olvidar, tenemos una promesa y te voy a estar esperando, esa promesa la tenemos que cumplir, cuídate mucho, quiero que me avises cuando llegues, sabes que te amo y perdóname por no poder acompañarte, vete con cuidado; él no me pudo decir mucho porque estaba con sus tíos y no podía dar a entender lo que estaba pasando, sus tíos no sabían de su orientación sexual.

Camino hacia la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora