Estoy cansada, y harta, y desesperada, y..... Es que ya no sé que más palabras utilizar para describir lo que siento, a ver sí, tengo quince años, pero, ¿no es suficiente edad?, para mi soy mayor aunque mis padres no quieran entenderlo. Creo que tengo ya una edad como para empezar a hacer planes de futuro, o... De presente, tampoco es que les esté pidiendo que me compren un coche o una casa, solo quiero algunas libertades, como por ejemplo, un novio, creo que soy lo suficientemente guapa como para tenerlo, rubia de ojos verdes, si me dejaran, ya tendría.
Mi hermano tiene diecisiete años, pero con la excusa de que dentro de dos meses cumple los dieciocho, le permiten todo, pero lo peor es que en cuanto mi hermano cumplió los diecisiete años empezó a salir con una chica, y eso sí se lo permitieron, ¿Y porqué a mi no? Tengo quince pero soy más madura que él, eso lo aseguro, y ya no sé si me da más rabia que mi hermano tenga novia o que Katy este saliendo con mi hermano, pobrecita, ni loca estaría yo con mi hermano, a ver es mi hermano, pero aunque no lo fuera, es insoportable.
-RIN RIN
-Cariño, suena el teléfono, ¿puedes cogerlo?
-Un momento estoy haciendo una cosa importante con el móvil.
-Venga hermanita, déjate el móvil, levántate del Sofá, y coge el teléfono, no hagas perder más tiempo a la persona que está llamando del que ya va a perder hablando contigo.
-Sí, muy gracioso Héctor, ya lo cojo.
¿Quién es?
-Soy yo Raquel, Violeta, tu mejor amiga.
-Ah.
-¿A qué viene esa voz de enfadada?
-Mi hermano que hoy se ha levantado graciosito, como siempre.
-¿No decías que ya estabas acostumbrada a las bromas pesadas de tu hermano?
-Si pero que me fastidien es otra cosa.
-Por cierto, tengo que hablarte de una cosa importante, ¿Está tu madre por ahí?
-Sí, ¿Por?
-Es que es mejor que no escuche esta conversación.
-Ok, voy a mi habitación.
-Bueno lo que quería decirte, es que, esta noche, hay una fiesta en la punta del parque, a las nueve.
-¿En serio Violeta? Ya sabes que ni loca mi madre me va a dejar ir no sé para que te molestas en llamar, ya puedes colgar.
-¡Claro que sé que no te dejan, tonta! Pero no tienen porque enterarse, además no beberemos mucho, solo serán un par de copas....
-Al final se acabarán enterando, o ellos o mi hermano, y no me llames tonta.
-Perdón, pero es que hoy estás un poco desagradable, y tú no eres así, que yo sepa.
-Estoy harta Violeta, claro que por mí tengo ganas de ir a la fiesta, de ser una chica guay, pero una gran barrera llamada madre me impide pasar, aunque me lo pensaré.
-Me alegra oír esas palabras, además no es la primera vez que te escapas.
-Ya, pero si la primera para una fiesta , bueno luego te digo algo.
-Está bien, adiós Raquel.
-Adiós.
Todo el mundo va a estar en esa fiesta, tengo que ir, además no quiero tener que decirle a alguna de mis amigas que no por millonésima vez, al final acabaré perdiendo amigos, mientras tanto, voy a volver al sofá a seguir jugando al jueguecito de las frutas, a ver cuando he dicho madura me refería con ciertos límites, es que este juego es adictivo, además seguro que gente de cuarenta años juega incluso, una vez que empiezas es imposible parar, y tengo que conseguir el mayor número de sandías posibles para ser de las mejores de Barcelona, o Cataluña, o incluso de España.
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Aunque todo se vuelva imposible
Romance"La verdad duele, pero más duele saber que la mentira de dejarte ir, al final es verdad" Raquel es una joven cabezota que solo piensa en fiesta y en llegar a los 18 para hacer todo lo que le de la gana, pero está cohibida por sus padres, quienes le...