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Los jóvenes novios se dejan caer en la grama que bordea el río, juegan, se miman con besos y caricias.
-¿Cuándo debes partir a casa de tu tía?-le interroga recorriendo su brazo con delicados besos.
-En dos días. ¿Vas a extrañarme?
-Por supuesto que sí, ¿y usted va a echar de menos a este pobre hombre que ha perdido la razón por usted?
-Mucho.-responde besándolo con delicadeza-Espero que mi tía comprenda mis deseos de formar mi vida propia.
-Margo te ha dicho que lo permitirá.
-Sí pero también me ha advertido que es una mujer difícil, en esta visita me ha de explicar sus planes para mí.
-Y tú le explicarás tus propios planes-comenta con dulzura.-Mejor aprovechemos el tiempo que dentro de poco deberé volver.-se acerca mucho más a su delicado cuerpo y la besa con desenfreno.
-¿Te veré mañana?-le interroga entre besos
-Por supuesto que sí pequeña, mañana a la orilla del río.-responde mientras con un movimiento se coloca sobre ella y empieza el arte de la seducción. Besa delicadamente su cuello, sus labios. Acaricia su piel con la punta de sus dedos.
Al fin logran separarse y Duncan la ve alejarse a pasos lentos y felices, se sonríe al verla lo frágil y hermosa que es. Desconoce los motivos que tienen sus padres para prohibirles acercarse a Abigail o a Margo, la curiosidad lo impulsó acercarse a la joven pero ahora algo más lo une a ella. Tampoco tiene conocimiento del oscuro pasado que relaciona a su padre con la tía de Abigail, de quien que no sabe ni su nombre.
En la torre más alta del castillo de los McRae está Eleonor, aguarda a que alguno de sus hijos aparezca en el horizonte, su corazón de madre le advierte que algo están ocultándole. De entre los árboles salen un jinete y sus seis guardas, avanzan a velocidad, aunque es muy evidente que quien los encabeza es Andrew, los sobrepasa por más de tres cuerpos.
De inmediato emprende su camino de vuelta al interior del castillo, baja los escalones de piedra casi corriendo, se adentra en el salón principal y ve por la ventana a su hijo descender del animal. La expresión de su rostro permanece dura pero ella ve más allá, distingue dolor.
Andrew entra dando fuertes pasos y sin alzar la mirada,
-¿Hijo?
-Oh madre disculpe no me había percatado de su presencia.-se acerca a ella y le besa la mano.
-¿Cómo te ha ido?-interroga examinándolo como sólo una madre sabe.
-Todo perfecto-el tono de su voz es áspero aunque intenta disimular-Si me disculpa debo reunirme con mi padre.
Besa su mano una vez más e intenta alejarse
-Andrew-dice con ternura-No me engañas, algo te ha sucedido.
El joven le aparta la mirada y da un paso atrás, lleva aire a sus pulmones y nuevamente el jade de sus ojos se cristaliza con lágrimas.
-No es nada madre, no se preocupe.-responde sin verla a los ojos.
-¿Por casualidad viste a tu hermano? ¿Discutieron?
-No he hablado con mi hermano desde el día de ayer y-hace una pausa para ocultar su rabia y continúa diciéndole-Tampoco lo he visto hoy, ¿eso es todo? Debo informar a mi padre sobre la visita que realicé a los aldeanos.
-Sí Andrew, no se me ofrece nada más.
Besa la mejilla de su hijo y le acaricia demostrándole comprensión y sobre todo amor, éste sin más ánimos y fuerzas de disimular se marcha para rendirle informe a Ian y a Augustus.

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REBORN
FantasyEscocia finales del siglo XVII es una época de disturbios y confrontaciones religiosas, peligros nacientes de la oscuridad y rencores del pasado. Luego de la última ejecución masiva por brujería dos mujeres unidas por la sangre pero divididas por su...