7- Agridulce

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Luego de dormir por largas horas, Hanji se desperezó estirando sus brazos deseando seguir durmiendo un poco más. Se giró en la cama y entonces abrió los ojos.

A su lado, ya no estaba nadie.

No tenía sentido alguno molestarse, así que Hanji se levantó un segundo para ir al baño. Al salir buscó algo con qué vestirse y enseguida regresó a la cama, sólo para volver a cubrirse para intentar dormir. Aunque para su desgracia esa maldita habitación tenía demasiada luz natural como para hacerlo a su antojo.

Su teléfono comenzó a vibrar en alguna parte, recordándole que era hora de tomar sus píldoras. Hanji con bastante pereza estiró su mano hasta encontrar lo que buscaba y apagó el teléfono.

Al fin pudo acurrucarse otra vez en la cama y cuando encontró una postura cómoda, alguien llamó a la puerta tocando con los nudillos antes de entrar.

—¿Qué pasa ahora maldita sea? —gruñó Hanji de malhumor.

—Oh, ya estás despierta.

Levi se mostró sorprendido, él traía en sus manos una bandeja con el desayuno y con las píldoras de Hanji alineadas en orden.

De mala gana, Hanji se sentó en la cama cubriéndose con las sábanas mientras Levi le acercaba la bandeja. Ella sólo tomó el vaso con agua y estuvo a punto de meterse las píldoras a la boca, cuando Levi se lo impidió.

—Leí las instrucciones, dice que no deben ser ingeridas con el estómago vacío ante posible irritación. Primero come algo.

Hanji frunció la nariz, pero no dijo nada al respecto. Así que de mala gana tomó un poco de jugo de naranja. Mientras comía, observó de reojo al guardaespaldas. Al menos Levi no se comportó como un patán, dejándola sola en medio de la madrugada.

Aquel pensamiento la hizo sonreír en silencio.

—Eso de ahí tiene buen tamaño y lo supiste usar. Besas bien. Conseguí un orgasmo. Te doy una puntuación 8,5 de 10 —Hanji lo analizó dando su veredicto.

—¿8,5 por qué?

—He tenido peores momentos. 8,5 es una buena calificación, siéntete afortunado.

—¿Y cómo tendría que ser para que sea un 10?

—No enfocarse sólo en la penetración, por suerte te mueves bien así que no lo pasé tan mal. Hmm, tal vez no sólo ir directo a eso. Más juego previo habría ayudado, pero para ser la primera vez juntos, no está mal. Sigue esforzándote, guardaespaldas.

—Tch.

—Arriba ese ánimo, tal vez la próxima vez sea un 9.

—Si lo dices de esa manera suena como si tus anteriores experiencias fueran malas.

—Un poco, el anterior guardaespaldas era rubio, guapo y grandote. Pero a él no le gustaba hacer sexo oral y sólo quería que yo se lo hiciera a él. Al principio puede ser divertido, aunque luego ya no tiene sentido estar con alguien al cual no le gustas de verdad.

—Qué bien, tal vez el siguiente guardaespaldas sea mejor.

—¿Acabas de insinuar que estás celoso, Levi Ackerman? —Hanji sonrió divertida, picando la mejilla de Levi con su dedo quién mantenía la misma seria expresión facial.

—Ni un solo poco, Hanji Zoe. Ahora deja de jugar y come tu desayuno.

—Aburrido.

—No te vi aburrida anoche.

Luces en tu sombra [Levihan/Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora