10- Un mundo sin ella [Final]

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En cinco meses, finalmente llegó ese esperado día del término de sesiones de quimioterapia. En el camino, Hanji conoció encantadoras personas y perdió a otros. Las personas constantemente estaban de paso por su vida y aunque fuera algo que ella odiara, no podía hacer nada para cambiar el destino de las cosas. En introspección, cinco meses no era demasiado tiempo. Aun así, seguía pareciendo una eternidad, incluso para Levi quién fue parte de todo el proceso desde el comienzo.

Una vez que el procedimiento concluyó después de algunas horas, Hanji y Levi se reunieron con el doctor. Exactamente Hanji no recibiría el alta, pero podía regresar ya a su casa para enfrentar la nueva etapa de la recuperación. Además era necesario continuar con una pauta de constante seguimiento, corroborando así su evolución mediante exámenes médicos.

Por último, Hanji sonrió al ver a Levi ahí esperando por ella, deseando poder tocarlo y abrazarlo para darle las gracias, pero aún no sentía fuerzas para eso.

Al terminar la tarde, Hanji al fin abandonó la habitación de clínica que fue su hogar durante los últimos meses. Sobre la última quimioterapia, no hubo nada en especial que lo hiciera distinto de otras sesiones y Hanji regresó a su departamento temblando producto de los escalofríos. Levi se ocupó como siempre de cuidarla, abrigarla y acompañarla en esos momentos aunque se formara una rutina invisible para ambos y que a la vez los hacía cercanos, sin que pudieran notarlo.

Hanji cerró los ojos aliviada, al fin en su propia cama que comenzaba a extrañar. El aroma del suavizante para telas impregnado en sus sábanas, por alguna razón le recordaba a Levi. Ese pensamiento, la hizo descansar sin ninguna preocupación.




***



Otro día, otra agotadora mañana en su predecible vida. Aquel día tampoco tenía nada de especial. Levi despertó aquella mañana por el llamado de su madre que vivía en el campo. Al responder la llamada no hizo más que contarle lo maravilloso que era la ciudad, y que no debía preocuparse por él, porque estaba comiendo muy bien. También le comentó que le encantaba su nuevo trabajo, consiguiendo un montón de buenos amigos y que pronto iría a visitarla cuando tuviera un poco más de tiempo.

Levi lo dijo todo tan rápido, con la idea de convencerse más a sí mismo que a su madre. Lo cual no eran más que mentiras. Al finalizar la llamada, Levi suspiró sintiéndose abrumado de su ridículo empleo y aunque deseaba con ansias por ese día de suerte donde todo cambiaría, él sabía que eso estaba lejos de cumplirse, porque incluso la suerte era un lujo.

La gente a su alrededor solía decir que siempre al final de camino existía algo grandioso. ¿Pero valía la pena sufrir tanto?

Aquella misma mañana gris, llegó con retraso a la oficina como siempre y donde ya no sentía necesario disculparse, cuando su trabajo era lo que más odiaba en el mundo. Minutos después estuvo gritando con un cliente, advirtiéndole que la línea de amigos no era un sitio de prostitución y sólo ofrecía el servicio de amigos vía telefónica, para personas que no tuvieran nada mejor qué hacer con su estúpido dinero y tiempo.

La luz frente a su escritorio le indicó que ya era momento de trabajar otra vez, entonces Levi acercó el micrófono a sus labios y se acomodó mejor los audífonos inalámbricos para luego aceptar la llamada.

Luces en tu sombra [Levihan/Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora