Capítulo 3

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Harumi, asomando su cabeza detrás de Zota, observaba cada movimiento de la mujer que acababa de entrar a la casa. Con las manos y la boca aún manchadas de comida, la niña miraba con curiosidad.

?? : “No sabía que habría visitas. No traje nada para ofrecer. ¿Quién eres, linda?”

H: “Harumi.”

Z: “Mamá, necesito hablar contigo sobre algo.”

Con un semblante serio, Zota miró a su madre y luego a Harumi detrás de él, haciendo una seña para que la niña saliera y se presentara. Nahomi, la madre de Zota, que momentos antes sonreía, ahora se puso seria, pensando que tal vez Harumi podría ser su nieta y que Zota le había ocultado su existencia hasta ahora. Observándola detenidamente, notó un ligero parecido.

N: “Espera un poco, Zota. Harumi, ven aquí, déjame limpiarte.”

Con una toallita, se acercó a Harumi para limpiarle cuidadosamente los restos de comida. Al ver las manos de la niña, se preocupó un poco, pero decidió no preguntar hasta que Zota le contara lo que sabía. En ese momento, un gran gato se acercó, causando emoción en Harumi, quien se acercó al animal.

Z: “Harumi, espera aquí con Buyo, ¿está bien?”

H: “Sí.”

Zota se alejó hacia el pasillo. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos del comedor, habló.

Z: “Mamá, lo que quería decir es que…”

N: “Ya lo sé, no hay que decir más.”

Z: “Pero acabas de llegar.”

N: “Lo supe con solo verla.”

Z: “Y si lo sabías, ¿por qué no dijiste nada? No sé cuánto tiempo llevaba ahí encerrada. Mamá, ¿estás segura de que sabes lo que quiero decir?”

N: “¿Encerrada? ¿No ibas a decir que es tu hija?”

Z: “Claro que no, mamá. Se trata de la niña, pero no es mi hija. Mira, cuando llegué a casa anoche, escuché fuertes golpes en el pozo. No me acerqué porque pensé que podría ser mi imaginación, pero hoy, al revisar, encontré a Harumi encerrada allí.”

A medida que Zota continuaba hablando, la expresión de Nahomi palideció un poco, pero siguió escuchando sin interrumpir, hasta que llegó un punto en que dejó de escuchar.

Z: “¿Qué clase de padres tiene? ¿Cómo pueden ser capaces de dejar a su hija encerrada en un lugar así? Pudieron haberla dejado al menos en un orfanato, pero ¿ahí? ¿En qué estarían pensando? Y ya viste sus heridas. Ella quería salir, pero nadie estuvo para sacarla hasta hoy. No sé qué tipo de vida ha estado llevando hasta ahora. Hace un momento dijo que vivía en el bosque y que su papá no la dejaba ver a su abuela, ni siquiera conoce a su mamá. Dime, ¿crees que la hayan abandonado a su suerte?”

Hablando en voz baja, Nahomi mencionó algo que Zota no pudo escuchar. “¿Será posible que…?”

Por otro lado, Harumi, que estaba entretenida con el gato, escuchaba la conversación. No le gustaba que hablaran mal de su papá, por lo que corrió hacia ellos y gritó, con lágrimas a punto de caer.

H: “¡Papá no haría algo así! ¡Él me quiere mucho, estás mintiendo!”

La tensión en la habitación era palpable Harumi con los ojos llenos de lágrimas quiso salir corriendo, pero la puerta estaba cerrada y no podía salir como quería. Entonces, optó por meterse debajo de la mesa, enojada con Zota por decir esas palabras sobre su padre. No las comprendía del todo, pero sabía que no eran nada bueno.

Zota, con una mezcla de remordimiento y resignación, intentó explicarse.

Zota: Harumi, yo no quise decirlo así, pero es la verdad...

La Hija De SesshomaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora