Prólogo

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Me encontraba tocando aquel instrumento que tanto amaba , mientras los rayos del sol cada vez se hacían más presentes dentro de la habitación en la cual me encontraba.

Mis dedos acariciaban las teclas con suavidad, y una multitud de pensamientos comenzó a emerger, como susurros incesantes en la quietud de la noche.

Entre muchos pensamientos hubo uno el cual resonó en cada rincón de mi mente, llenando cada espacio con su eco persistente, ese pensamiento no me dejaba tranquilo en esos últimos días, era molesto, yo sabía que él no me ocultarla nada.

Pero...
¿Eso realmente pasaba?Yo sabía que entre nosotros no había secretos, el mismo lo dijo, pero sentía que esos días me ocultaba algo y mis pensamientos no ayudaban en nada.

En tanto aquel pensamiento persistía en mi mente, mis dedos se aceleraban cada vez más sobre las teclas del piano, golpeándolas con creciente brusquedad. Al presionar una tecla con demasiada fuerza, el abrupto sonido me devolvió abruptamente a la realidad.

Pasados unos minutos dejé de tocar, dando así por finalizada la melodía que estaba tocando hace ya unos minutos, me levanté de mi asiento y salí por el umbral de la puerta, dejando esos pensamientos que no me dejaban tranquilo en esas cuatro paredes.

Ecos de un lienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora