Recostado en mi cama, mis pensamientos seguían atormentándome sobre lo sucedido. Sabía que no pude hacer nada para impedir aquel trágico suceso, y esa impotencia era lo que más tristeza me causaba. La única de mi familia que realmente me quería y cuidaba de mí desde que estaba pequeño, algo que mi padre jamá hizo, estaba muerta, y aún no podía creerlo. Mis ojos comenzaron a picar y las lágrimas nuevamente comenzaron a caer.
Mientras limpiaba mis lágrimas, escuché unos pequeños golpes en la puerta. Supe al instante de quién eran.
-Puedes pasar-dije, intentando que mi voz no se quebrara de nuevo, limpié una vez más mi rostro para eliminar una vez más las lágrimas, no quería que uno de mis amigos me viera llorar, no me gustaba llorar en frente de la gente.
Al decir esto Félix comenzó a abrir la puerta y, tras hacerlo, se dirigió hacia mí con paso lento, al estar a unos cuantos centímetros de mí, se sentó en el borde de la cama.
-Vine a invitarte a un restaurante, es nuevo y realmente quiero ir contigo-al decir esto, sus ojos se posaron frente a los míos.
Realmente no quería salir a ningún lado, quería quedarme en mi habitación. Quería desahogarme, pero ya le había rechazado otras invitaciones para salir desde que sucedió esto. Él siempre intento animarme, cosa la cual le agradecía mucho. No quería hacerlo sentir mal, él es una buena persona; siempre intenta ayudar a los demás. A pesar de que no quería hacerlo sentir, mal tampoco quería salir a ningún lugar, solo quería estar solo.
-Realmente no quiero salir Félix, lo siento-negué con la cabeza seguido de un suspiro.
-Vamos, Peter, necesitas salir estar aquí no te hace nada bien. Será un día divertido lo prometo -dijo casi rogando para que saliera con él. Estaba casi llorando para que fuera con él y me dio ciertamente un poco de pena ya que él no tenía muchos amigos, y los pocos que tiene son mayores que él y están muy ocupados, o en mi caso que no me encontraba bien.
-Está bien, supongo-murmuré, mientras desviaba la mirada a otra parte de la grande habitación. Al decir esto el pelinegro cambio inmediatamente su expresión a una feliz y comenzó a decirme lo inolvidable que sería ese día, al ver cómo él festejaba y me decía miles de lugares a los cuales ir ese día, solté una risa baja.
-Creo que realmente querías salir con alguien desde hace mucho-mencioné, mientras una sonrisa iluminaba mi rostro; aquel pelinegro siempre conseguía hacerme sonreír con sus comentarios poco coherentes o simplemente graciosos, en fin, por algo éramos amigos.
-Supongo que sí, ¿Esta bien si paso en unas horas por ti?-preguntó mientras que sus ojos azules miraban fijamente los míos.
-Sí, está bien-mencioné y en unos cuantos segundos aquel pelinegro ya había salido por el umbral de la puerta.
(...)
Al pasar unas horas, ya me encontraba subiendo al carro de aquel pelinegro. Una vez dentro, comenzó a conducir hasta el destino planeado, y mientras llegábamos, comencé a mirar el paisaje que se podía apreciar fácilmente desde el lugar en el que me encontraba. En la mayor parte del camino no hablé mucho con Félix, ya que no tenía muchos temas de conversación y estaba hipnotizado por el hermoso paisaje que se encontraba a solo metros de la ventana desde la cual lo miraba. Era un camino muy lindo, lleno de álamos rodeando aquella carretera, haciendo que se viera muy bella en esa tarde resplandeciente, bañada por el cálido sol, rebosante de momentos de dicha y felicidad.
Una vez que llegamos a nuestro destino, salimos del auto y entramos al restaurante que estaba frente a nosotros. Era muy grande y elegante, pero por dentro era aún más impresionante. Noté unos enormes candelabros que destacaban en varios puntos del alto techo. Nos sentamos en la mesa que el mesero nos indicó y ordenamos nuestra comida. Al cabo de unos minutos, llegó nuestra comida y, mientras comíamos, conversábamos sobre recuerdos melancólicos del pasado que me llenaban de alegría.

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Ecos de un lienzo
Genç KurguEn la hermosa ciudad de londres, las luces de aquel lujoso teatro brillaban inmensamente, ya que daban Inicio a la Inolvidable noche llena de melodías melancolicas y prodigiosas durante el resto de la noche. En medio de esa noche, Peter Collins...