siete.

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Cuando colgó la llamada y tiró el teléfono en la cama fue consciente de la enorme estupidez que acababa de hacer.

No solamente había invitado a un Alfa a salir, saltándose todas sus lecciones donde se suponía que ellos eran quiénes hacían el trabajo, sino que había invitado a un Alfa que no era con el que su padre muy irresponsablemente lo había comprometido, casi podía oírlo gritarle una y otra vez lo mucho que deshonraba a su casa. Pero sasuke era un omega rebelde, y aunque de unas semanas para acá había intentado tener a su familia feliz y en paz, lo que le habían hecho se podía entender fácilmente como declaración de guerra, y el amaba las peleas, siempre ganaba. Ya había formado todo su plan malévolo en su pequeña pero rápida cabeza, ¡era muy simple!

1. Invitar a Naruto a salir (listo)

2. Ir a la cita con Naruto (en proceso)

3.

... No había un tres todavía en su plan, pero seguramente algo surgía en el camino.

Pero pobre Sasuke, el nunca había tenido una cita formal hasta el día de hoy, todos los idiotas con los que había salido nunca soportaban que el fuese más fuerte, más guapo, incluso su situación económica representaba un insulto para aquellos Alfas, y no alcanzaban a salir nunca, solo conversaciones por chat o visitas casuales que terminaban en sexo (nada placentero, había que aclarar), y luego de dos semanas de constantes peleas desaparecían de su vida, no es que le importara, ninguno había logrado significar algo. Sin embargo había cosas que no comprendía de aquel Alfa, era muy inusual, además de atractivo, lograba ponerle nervioso cuando lo miraba con ese mar que tenía por ojos, aparte que olía delicioso, y para plus lo había defendido de una buena golpiza aquel día en el pasillo. El Omega en su interior desde ese día estaba inquieto y justo ahora le exigía ponerse lindo para ir a verlo.

Pero Sasuke era un hombre terco que no le gustaba recibir órdenes ni siquiera del animal que habitaba en silencio dentro de él, que pocas veces salía a molestarlo, como ahora, provocándole picazones en la espalda y suspiros que intentaba mantener apresados en el pecho. De pronto el cajón enorme de ropa le pareció diminuto, y el montón de prendas que reposaban colgadas desde hace meses no funcionaron en su cabeza, o era el color, o la forma, pero simplemente no sentía que le quedasen perfecto.

Porque así quería verse, perfecto.

Y cuando estuvo a punto de dejarse sucumbir por la ansiedad, volvió a recibir la (eternamente milagrosa), llamada de su mejor amiga quien al parecer no estaba contenta con solo escucharle, sino que también quería verle la cara. El teléfono sonaba encima del colchón y pensó varias veces antes de contestar, pero al final lo hizo, poniendo la cara de mayor sufrimiento que podía.

¿Qué le sucede a mi melocotón?  — el cabello rubio de Ino se movió delante de la pequeña cámara, traía un gorro que le cubría la mayor parte de las hebras y dejaba solo pequeños mechones por fuera. Seguramente debía estar haciéndose algún retoque del tinte. — Tienes una cara de tragedia total.

Lloriqueo, recordando la verdadera razón de su angustia hace unos momentos y con el mayor dramatismo se dejó hacer hacia atrás.

— Digamos que sin querer, sin querer, invite a un Alfa a una cita y ahora no se que ponerme... Por favor no vayas a-

Pero eso era mucho que pedir, porque pronto el chillido agudo sonó en toda la habitación y los ojos coloridos de Ino se enfocaron en la pantalla.

— ¡Pensé que nunca viviría para ver esto! ¡Tienes que decirme ya mismo quien es el Alfa que le robó ese corazón oscuro y muerto a mi melocotón!

Fingió estar indignado y puso su mejor cara de poker para la cámara, aunque si bien era un poco cierto que había cerrado las puertas a la opción de tener pareja hace tiempo, eso no significaba que su corazón estuviese muerto y oscuro, simplemente no era estúpido y había madurado lo suficiente para reconocer cuando querían manipularlo. Y los hombres sabían manipular muy bien, el no volvería a pasar por nada de eso. Dejo el teléfono en la cama apoyado contra una almohada para que Ino pudiese verlo moverse por la habitación, específicamente verlo sacar montones de ropa que caían en el colchón o en el piso.

𝗣𝗲𝗿𝗰𝗲𝗽𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲 𝗔𝗹𝗳𝗮 ((𝙉𝙖𝙧𝙪𝙎𝙖𝙨𝙪)).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora