Cartas de un Adicto

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Cada escrito salido de mi, cada frase qué han leído, cada sonrisa qué les he regalado representan una gota de sangre, creo qué salvando vidas y regalando abrazos salvaré la mía.

Pero, aún no me ha funcionado, sigo sangrando cada noche al salir la luna, parece ser qué ella entiende y me escucha mientras me quito mi armadura de hombre fuerte.

Hoy en día ya no se quién soy, me he perdido y no se cómo regresar ¿Quien vendría ayudar a este adicto? No vale la pena.

Aveces intento salir de aquí pero no soy más qué una simple y frágil bestia, quisiera que mis más apreciados seres queridos lleguen por mi y me salven de esta prisión pero, aún sigo esperando y miro como ellos mismos me han puesto las cadenas de la adicción.

Mi corazón duele desde pequeño y no lo han notado, solo notan mis impurezas, así haga el bien miran lo que está mal, lo que no saben es qué me han matado una y otra vez. Mi agonía aveces aumenta mas pero no vale la pena tenderle la mano a los bichos raros ¿No? Quisiera que todo en mí fuese como todo el mundo, solo quiero ser yo mismo. Ser distinto al restó pero eso los atormenta al parecer y terminan matando a quienes piensan diferente.

Antes era alguien normal pero hoy en día no se quién soy, mi corazón siente tristeza a diario y no se de dónde viene el dolor. Por eso ¿Para que alegrarme por un año más de vida? No sé alegren por mi, no vale la pena. Espere compañías qué nunca llegaron, espere abrazos qué Nunca tuve, oídos qué nunca me escucharon, pero si encontré palabras de destrucción qué nunca pedí ¿Seré yo el culpable? Yo pienso que sí, es el precio de ser un bicho raro y diferente, quizás soy de otras épocas o de otro planeta, me siento extranjero, este viaje no me a gustado, solo quiero volver a casa, sin duda alguna está no lo es...

Doy gracias a quien se acerca con pinceles e intenta darme color, me abrazan con el corazón, pocos saben hacerlo así, otras solo usan los brazos y son más ficticios qué su propia caretas. Quisiera tener el poder de abrazar a todo el mundo ya qué es algo que no hacen hoy en día, me encantan los abrazos aunque diga qué no, pero odio los abrazos vacíos que no hacen más qué dar frío. Solo miren mis gotas, no dejaré qué miren las heridas, yo solo he podido ocultarlas y se que el creador me ha mantenido vivo y de pie ante tantas heridas, hermoso es su amor, no me ha rechazado por ser un bicho raro, me ha hecho sentir que si valgo la pena, quizás nadie lea esta carta, pero se que el ya la leyó, porque se la mostré antes de escribirla, nos sentamos juntos dentro de mi corazón, le invité una copa de vino en simbología de su amor y mis heridas, vimos qué teníamos heridas en común, me escucho y lloramos abrazados, gracias le dije, y se marchó pero se que aún está aquí, solo qué se oculta para qué aún no lo miré, y sea más divertido en aquel momento qué lo vuelva a mirar.

Termino mi carta llena de gotas de sangre. Mirando como todos jugamos con ser juez y hacemos daño. Ojalá un dia puedan encontrar esta... La carta de un adicto.

 La carta de un adicto

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