"Corazón Desterrado"

"Perdedor"

Lo primero que me hiciste perder fue la razón, pero hay razones inexplicables que me obligaron a perder. La primera fue la sutileza de tu mirar y la ilusión que me fui creando de querer vestir tu piel con mis besos. Solo imaginé cosas tan sencillas como ahogarme en tus aguas más profundas, compartir el café de la vida y que juntos escribamos la obra de la historia que podríamos haber construido. Perdí por confundir una autopista con una calle de adoquines. Perdí en el momento exacto en el que tu sonrisa y tus lunares le hicieron un complot a mis emociones; hasta envidio a los vientos que aún te observan. Hasta debo agradecerte, por los momentos en los que me hiciste creer que era inmortal y me sacaste de la oscuridad aterradora que contrae estar apagado (gracias por tus destellos). Perdí en el momento en el que aprendiste a realizar cirugías en el corazón para meterte dentro de él. Eso no era para nada necesario, y es que usted hace que el percusionista que habita en mis cavidades cardíacas se vuelva loco. Por otra parte, si consideras que mi interés en tu persona es una locura; entonces además del percusionista yo me declaro 'loco'. Perdí por tener la intención de necesitar que necesitaras la necesidad de necesitarme. Perdí cuando me arrebataste la oportunidad de tenerlo todo en un solo ser. Perdí cuando me hiciste sentir como si no tuviera un pasado. Perdí cuando me multiplicaste por cero el resumen de mis objetivos contigo.

Perdí en el instante que rechazaste que Evert Eduardo sería tu hombre para lo bueno, para los días grises y para protegerte de la vida cuando ande con sus palos. Quizás pienses que esto es un simple escrito y lo que tienes que saber es que estas letras las dicta el corazón. Perdí cuando mi imaginación me hizo ver que siempre ibas a estar aquí. Perdí cuando ya no era posible tender rosas sobre la cama. Puedes volar… o quizás ve corriendo a cambiar mi nombre de contacto. De hoy en adelante me paso a llamar: "PERDEDOR".