,6'

118 12 7
                                    

—¿Ella es?

Miré la pantalla de su celular.

—Si, ella.

Me respondió. Ví como le sonreía a la foto en su celular.

Pajero de mierda, sonreíme a mí.

—¿Cómo se llama?

—Andrea.

No respondí. Me quedé mirando la foto.

La chica es re linda.

Tiene un pelo castaño ondulado, ojos verdes y un físico muy cuidado y bonito.

Por dios, me siento opacado.

—Yo pensé que me ibas a mostrar una foto de Sally.

Nos reímos y él me dió un empujón.

—Dale, tarado.

Me dijo mientras reía.

—¿Y en qué querés que te ayude?

—Hace rato que nos andamos conociendo, y quiero llevarla a comer.

—¿No la llevaste a comer?

—No, salimos a caminar un par de veces. Pero es que quiero llevarla a cenar y que vaya a casa.

—¿Y en qué mierda querés que meta mano?

—No tengo idea, solo te quería contar. Me pone nervioso.

—¿Vos nervioso?

Me comencé a reír a carcajadas.

—Dale, tarado...

Me responde, riéndose un poco.

Se me dió por mirar la hora.

—Chavón, ¿No tenés sueño? Son 1:30.

—¿Ya?

—Seh.

—Bue, termina la peli y nos vamos a dormir.

La hora se pasó volando tanto para él como para mí.

Y nos fuimos a mi cama.

Barry se acercó a saludarlo.

—¿Qué haces, Barry?

Ví como lo levantaba y le daba besos.

Es la primera vez que lo envidio a ese gato culo sucio.

Pero también me dió ternura verlo tan cariñoso con Barry.

Aunque me gustaría que sea así de cariñoso conmigo...

—¿Te trajiste algo para dormír?

Me miró en silencio, estático.

Solté una carcajada, es un tarado.

Me gusta eso de él, me hace reír.

—¿Sos mogólico vos?

—Me olvidé.

—¿Y ahora?

—Uso algo tuyo.

—Pero pedirme ropa a mí es como pedirle ropa a tu hermana chica, enfermo.

—¿Qué decís? Si vos usas tallas más grandes que la estatura tuya. Parece que andas con vestido siempre.

—¡Andá a cagar!

Los dos nos reímos.

—Bueno, agarrá algo. Yo me visto acá, vos al baño.

—Dale.

Yo agarré algo para mí y él algo para él.

Yo me puse un pijama que tenía ahí. Era una remera roja que me quedaba grande y una bermuda blanca.

Es ropa vieja, pero es cómoda. A mí con eso me basta.

Me acosté en la cama, esperando a Iván.

Y de golpe, silencio.

Cuando hay silencio pienso.

No quiero pensar.

No ahora.

Porque sé que voy a pensar en él.

Solo sobre pienso las cosas, pero porque no tengo otra cosa para pensar.

Y si la tuviera, no tendría opción.

Porque no puedo pensar en otra cosa que no sea él.

Ese alto, lindo. Que es un tarado, pero es algo que lo hace él. Me gusta. Lo amo.

Su piel que parece pálida, sus pestañas.

Por dios, esas pestañas...

Y la mejor parte...

No sé.

Todo de él me encanta.

Me obsesiono con solo pensarlo.

Pensar en él.

En su risa.

En su voz.

En su cuerpo.

En la forma en la que me trata.

En todo.

Dios.

Quiero llorar.

¿Qué hice yo para merecer esto?

¿Por qué no podía ser él una mujer?

¿O yo?

No sé.

Tampoco me gustaría, creo.

Iván.

¿Por qué, Iván?

¿Por qué me gustas tanto?

No puedo evitar pensarte...

Mis ojos cuando estás cerca viven entorno a vos.

Suspiró por vos.

Pienso en vos.

Te amo a vos.

Ahora todo se trata de vos...

—¡Ay!

Solté un quejido.

El gato saltó a mi panza.

—...Ay, barru... ¿Qué puedo hacer?

Murmuré, acariciando al gato.

,°'Burn My Heart'°,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora