Capítulo 1. <el espía >

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" él espía"

Narradora omnisciente
Tener una noche fantástica Ana amanece espléndida, con una energía y entusiasmo que nunca antes había sentido. Se puso ropa deportiva y salió a correr temprano eran las 6:40 A.M. mientras corría sentía libertad algo que te hace mucho no podía sentir. Por fin era feliz

POV Ana :
Me desperté, y el sol me daba en los ojos sentí una satisfacción tan grande que no podría explicarla. Es como si hubiera dormido años pero no me sentí incómoda si no más bien recargada mire el reloj y a las 6:30 A.M. fui al baño me di una corta ducha me cepillé y me puse ropa deportiva sin tomar ni siquiera café salí a correr a dejar que la brisa me despeinara la coleta improvisada que me había hecho... Mientras escuchaba con mis audífonos. Incondicional de Katy Perry

Cerré mis ojos por un instante para disfrutar de la música y creo que se fue mi peor error sentí que algo impacto contra mí abrí los ojos rápidamente y vio un un chico en una bici. Él debió tener unos 18 o 19 años un niñato pero se veía bastante fuerte, era alto incluso más alto que yo. Tenía los ojos verdes y su cabello era rubio traía unos audífonos y no paraba de mirarme

- Disculpa no te vi. / me dijo llevándose una de sus manos a la nunca/
- Descuida sólo ten más cuidado/ le dije e intenté seguir corriendo/
- ¡ Espera espera! / Me gritó y tuve que voltear/ - nunca te había visto por aquí ¿acaso eres nueva?
- ¿Qué comes que adivinas pequeño?, Sí Soy nueva aquí / le dije poniéndome la mano en la cintura/
- Por favor no me llames pequeño, tengo 19 años ya no soy un niño/ me dijo mirándome muy serio/
- Está bien como quieras joven, / le dije sonriente/. ¿ Hay algún parque cerca por aquí o un gimnasio?
- Si si sigues esa acera te encontrarás con un parque al final, el gimnasio si es más lejos. El más cercano está como 3 km aquí/ me dijo apuntando al final de acerera para luego quedarse viéndome de arriba a abajo/
- Vaya gracias, espero volverte a ver jovencito
- Espera aún no te vayas, dime al menos tu nombre
- Me llamo Ana, y vivo en esa casa azul
- Hola Ana, soy Cristian y vivo a dos cuadras de aquí en una casa blanca y gris
- Bueno Cristian un placer conocerte ahora tengo que irme o se me hará tarde/ le dije y esta vez si empecé a correr sin mirar atrás, la verdad estaba un poco simpático el chico/
Terminando de correr volví a casa y sorprendentemente a las ocho fue que pude tomar mi café. Los de la agencia de mudanza llegaron a las nueve pero sólo me tiraron las cosas en el jardín y se fueron, ni siquiera pudieron entrar las pesadas cajas. Estaba muy molesta, cuando de repente el chico rubio de Nuevo apareció. Como un ángel caído del cielo en el momento más apropiado.
- Hola Ana nos vemos de nuevo, ¿necesitas ayuda?/ Me dijo parqueando su bici y sonriendo/ * una sonrisa encantadora, madre mía*
- Ah hola Cristian, de hecho sí necesito la ayuda de un hombre/le dije burlándome de él ,ni siquiera se dio cuenta/
- Aquí tienes uno / dijo  sonriendo/
- Me refería a un hombre de verdad no un niñito/ le dije ya esta vez/
- Está bien tú lo has dicho si quieres un hombre de verdad espero que lo encuentres yo sólo quería brindarte ayuda pero ya que me has rechazado me marcharé/ me dijo en un tono de satisfacción/ / no tengo idea de lo que intentaba pero tal vez lo consiguió/
- No alto espera, está bien te dejo que me ayudes / le dije por fin, tal vez era un niño pero era fuerte y necesitaba rudeza para poder cargar todas esas cajas/
- Ya que insistes , ¿adonde debo llevar esto? / Dijo cargando una caja enorme/

Le indiqué adonde debía hacerlo.
En menos de 20 minutos ya tenía todo adentro de casa... Le dije que le prepararía un jugo y lo espero sin dar ningún pero

Me miraba con los ojos ardientes lo podía notar, tenía sus ojos pegados a mí todo el tiempo aunque no lo estuviese mirando lo sentía
Fue entonces cuando le decidí preguntar
- Oye Cristian y ¿tú qué haces?
- Empezaré a estudiar en septiembre voy primer año de arquitectura
- Qué bien, me alegro mucho/ le dije y le di su merienda/
Luego comencé a desempacar algunas cosas. Y él se ofreció a ayudarme yo acepté
En una de esas  quedamos mirándonos fijamente el uno al otro nuestros rostros estaban demasiados cerca tanto que podía sentir su respiración y la mía fusionarse. El aparato un fleco que tenía cubriendo mi rostro sujetando en mi oreja. No pude evitar mirar sus ojos verdes que me decía en una y 1002 formas sus deseos en ese instante en el que no sentí nada, no sabía dónde estaba ni por qué sólo éramos él y yo mirándonos uno al otro no podía ver ni escuchar nada más Sólo él y yo

S̥ͦe̥ͦp̥ͦt̥ͦi̥ͦe̥ͦm̥ͦb̥ͦr̥ͦe̥ͦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora