Capítulo 3< no te vistas así >

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Pov Cristian :
Ya eran las 4 :45 pm y después hacerlo una y otra vez Ana me dijo que le ardía su vagina.  Que quería más pero hasta el rose de mi lengua le hacía daño.  La verdad yo me encuentro igual parece quemaduras por fricción.
Da igual la pasamos genial.
Ella cocinaba con un vestido casi transparente. Mientras yo la observaba con detenimiento
- Entonces darás clases en mi universidad/ le dije mientras la acariciaba y abrazaba por detrás /
- Sí así es / dijo sonriendo mientras movía lo que tenía en el fuego. /
- Estás consciente de que me darás clases. / le dije mirándole su reacción mientras le acariciaba un pezon. /
- Para ese entonces no seremos nada. / me dijo con seguridad/
- Sabes que eso no es verdad me deseas tanto como yo a ti. / le respondí mientras le apartaba el cabello de la espalda y le besaba el hombro.

No me respondió, solo me miró fijamente y sus ojos me miraron con incertidumbre y pude sentir su temor en su respiración.

Ella tenía miedo de sentir algo por mi. Pero yo ya estaba enamorado

Pov Ana. :

Quisiera ser romántica en este momento pero Cristian es un adolescente. Un adolescente del cual estoy sacando provecho para satisfacer mis deseos sexuales

Es cierto que el me ah hecho sentir cosas que nunca nadie más ah podido hacer
Cuando estoy con el puedo sentir que toco el cielo. Mientras me penetra desgarrándome los pliegues. Sé que él sentía lo mismo que yo unos deseos inmensos y comernos de tomarnos los labios nuestras partes más íntimas porque no fue sólo sexo. Estoy segura de qué nuestras almas se alinearon cada vez que nos besamos

No no me puedo enamorar de él. Es un niño comprado conmigo son ocho años de diferencia. No obstante seré su maestra

N̤̈ä̤r̤̈r̤̈ä̤d̤̈ö̤r̤̈ä̤ ö̤m̤̈n̤̈ï̤s̤̈c̤̈ï̤ë̤n̤̈ẗ̤ë̤:
Tanto Ana como Cristian están sintiendo algo mutuo. Se están enamorando más allá del deseo sexual que ambos sienten el uno por el otro de atracción física incomparable y de cada vez que están juntos que parece que les prendieron fuego entre las sábanas el cuarto se hace pequeño cuando ellos dos están juntos besándose y entregándose el uno al otro

Los últimos días de agosto transcurren que Cristian cada noche va a visitarla y sucede lo que ya ustedes  saben de sobra. Se entrega mutuamente dándose todo ese amor que no han podido entregar a otra persona.

La última noche antes del comienzo del curso escolar después de entregarse uno a otro Cristian le pregunta a Ana
- ¿ Y queremos cuando estés frente a mí dando la clase con cualquier ropa que te pongas que te queda súper sexy? / Le dice Cristian mientras pasa uno de sus dedos por toda la silueta de su amada/
- No haremos nada. Cuando me presente me llamarás maestra como todos los demás, no harás preguntas indiscretas, no tratarás de besarme cuando estemos solos . Simplemente seremos alumno-maestra/ le dice Ana mirando fijamente los ojos de su amante/
- Está bien qué es lo que tú quieras, trataré de llevar ese amor prohibido lo lo más lejos posible/dice Cristian plantando un beso en los labios rojizos de su diosa/
- Sí que es difícil, lo será para los dos pero tenemos que intentarlo de lo contrario deber acabar esta relación/dice Ana apartándose del beso y tocando esta vez los musculosos pechos pechos del rubio/
- Sólo por estar contigo aguantaría 1000 años de condena. Si a tu lado tengo que fingir ser un alumno más lo haré/ dice Cristian mientras acaricia y beso a la mano de la diosa cabellos chocolate
- Cristian ya es tarde tus papás sospecharán y además tienes que llegar temprano a mi turno de clase/ le dice Ana le dice a Ana ya eso último entre risas/
- Está bien amor mío, me iré pero mañana nos vemos/ dijo Cristian con un dulce, apasionado y detonante beso/

Una vez Cristian se fue, Ana empezó a planificar sus clases. Mañana sería el primer día que entrara a la universidad Complutense de Madrid estaba muy emocionada, pero la vez tenía miedo. Tenía miedo a su relación con Cristian, ya que sabía que él sería su alumno. Tenía miedo de que él cometiera alguna indiscreción y delatara su romance. Aún así, escribía muy rápidamente que los números parecían escribirse solos. Cuando terminó de una ducha, cenó, se puso su bata de dormir de encaje negro y sintió que el timbre sonaba. Una vez bajo las escaleras se abrió la puerta se dió cuenta de que era Cristian .Una vez más Cristian.
- ¿Qué haces aquí? / preguntó Ana  y por su voz se notaba alterada/
- Vine a verte una vez más, acaso no puedo hablar con mi profesora de la clase de mañana. / dijo Cristian encogiéndose de hombros con un tono burlón/
- Te equivocas Cristian, soy tu profesora de matemáticas en la universidad. Aquí soy tu vecina. Mientras menos nos relacionen mejor/ le dijo Ana haciéndose un lado porque aún estaba en el marco  de la puerta para que Cristian entrara /
- Sabes algo, no quiero que te vistas así. Si de momento llega un vecino porque necesita algo te veo así y juro que perderé la cabeza. Porque yo te veo con esa ropa de encaje y no puedo pensar en otra cosa que tenerte entre mis brazos y follarte / dijo Cristian mientras la desvestía con la mirada/
- No seas tonto. No vendrá nadie, pero ya que insistes... / Le dijo Ana con vos juguetona mientras se quitaba aquella bata/
/ , por su parte entre los deseos que tenía y su preocupación cerró de golpe la puerta y se llevó a Ana en sus brazos hacia la habitación/

Después de un encuentro apasionante, despidió Cristian en la puerta, el cual no dejó enseñar más que medio cuerpo. Un chico bastante celoso, para saber que era una mujer mayor que podía saber con su vida lo que quisiera, pero en los ojos  de ambos se veía reflejado una pasión profunda.
Unos deseos infinitos de cogerse. Escalofriantes impulsos por morderse y besarse en la boca.

La noche transcurrió y mientras Ana tocaba su cuerpo pensando en Cristian , este juzgado X-Box con sus amigos, no paraba de pensar en la noche anterior

Solo eran dos amantes. Dos amantes de una pasión impura, aunque ninguna pasión es pura porque el deseo y la locura no son cosas puras ni de dios. Ambos lo sabían más no le importaba. Jugaban con sus deseos y satisfacer los placeres del otro. Ninguno sabía cuánto iba a durar el juego, por eso jugaban sin importar quién ganará. Jugaban solo para divertirse.

S̥ͦe̥ͦp̥ͦt̥ͦi̥ͦe̥ͦm̥ͦb̥ͦr̥ͦe̥ͦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora