O1

417 50 2
                                    

—Lo odio, lo odio, lo odio... - se quejó Philza echándose a un lado en el asiento donde también yacía su amigo que jugaba pacíficamente en su celular.

—¡Oye, me hiciste perder la partida! - reclamó Tubbo con una cara de suma indignación pero Philza no le prestó la mínima atención. - ¿De quién te estás declarando hater ahora?

—De Missa. - soltó para luego cubrirse el rostro frustrado. 

—Oh, entonces ya no te gusta, ¿acaso ya te le confesaste y te rechazó? Joder, tenía que llevarte contigo para ver tu cara. - se burló el británico. 

—Ja-ja-ja, qué chistoso, pero no... No le he dicho nada, aún..

—¿Entonces por qué tan exaltado y llevándome a tu desgracia haciendo que pierda el PvP? - Philza rodó la mirada, Tubbo realmente era un viciado con ese juego.

—¡Porque cada vez que hablamos el sonríe tan lindo que se le marca su hoyuelo y se me es imposible hablar! ¡¿No has visto lo tierno que se ve?!

Tubbo emitió un ruido con su nariz al escuchar la excusa.

—¿Es eso? Eres un ridículo.

—¡Hablo en serio!

—Yo también, ni que fuera un osito cariñosito el que te gusta.

Philza lo fulminó e inmediato se acomodó en la banqueta.

—¿Ah sí? ¿Y qué me dices tú sobre Fred? Ayer te vi bien meloso como gato en celo con sus mimos - Tubbo abrió sus ojos sorprendido, tanto él como su novio habían encontrado un lugar clave para estar alejados del resto y que nadie los pillara en esa... Situación.

—Uh...

—Deberías haberte visto: Mmh Fred, tus manitos son tan suaves. ¡Me gusta cuando me acaricias el cabello!... No espero a casarnos y que me acicales todas las noches antes de dormir... Oh Fred, fred, fred...

Las mejillas de Tubbo se pintaron rápidamente de un tono rojizo mientras se tapaba la cara.

—Oh mierda, que vergüenza. - Y Philza rió. - ¡Pero eso no tiene nada que ver con que tú no te confieses a Missa aún! Llevas tres años en las mismas, en dos meses se acaba el semestre y quizás nunca más lo vuelvas a ver.

Philza se asustó al escuchar aquello, pensar en no volver a ver a Missa y su tierna existencia era la peor de las pesadillas.

—¡No digas eso, por supuesto que me confesaré a Missa!

—¿Y cuándo será eso? ¿Cuándo tengas un tubo de oxígeno en tu garganta y un bastón a un lado?

—No, lo haré pronto, tenlo por seguro que lo haré... - Dijo firme y decidida. - solo ruega para que no caiga ante su sonrisa y su hoyuelo.

Tubbo palmeó su frente.

....

Adaptación autorizada!! Gracias a kiuthlyz por permitirme adaptar su historia<3

Pretty Smile !! 𝗗𝗲𝗮𝘁𝗵𝗱𝘂𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora