Pretty Smile !! 𝗗𝗲𝗮𝘁𝗵𝗱𝘂𝗼

Final

-Ya perdí Tubbo, Cellbit tiene a Roier y yo aún no puedo decirle a Missa cuanto me gusta sin paralizarme por culpa de su ridícula y tierna sonrisa.

-Philza, deja el drama, no es tan difícil. - Tubbo hizo una mueca y su foco se prendió. - ¿y si le escribes una carta? Se la entregas y ahí su "tierna sonrisa" no te va a impedir confesarte.

-No, si lo veo me dará un ataque de nervios.

-Me rindo, eres un caso perdido. Iré a buscar a Fred, faltan diez minutos para que acabe el recreo y dijo que traería torta de tres leches.

-Ujum...

-Nos vemos - tocó el hombro del rubio -, piénsalo. - le guiñó el ojo.

Se fue dejando a Philza solo sentado en una escalera, mientras los demás alumnos paseaban a su alrededor.

Entonces escondió su rostro entre sus piernas y las rodeó con sus brazos. Ya se estaba resignando a la idea de que Missa sintiera lo mismo y tal vez nunca podría decirle cuan loco estaba por ese hermoso moreno.

-Maldito Missa, maldita sonrisa con ese maldito hoyuelo... Por su culpa no puedo decirle lo mucho que me gusta y quisiera ser su novio... Lo odio, lo odio, lo odio.

Balbuceaba algo enojado, lo que no se daba cuenta era que ese chico al cual estaba acusando divertidamente, lo miraba de la misma forma y se había sentado sigilosamente a su lado reposando su mejilla sobre una de sus manos. Y si, la sonrisa con el hoyuelo también aparecieron.

Missa sabía lo hermoso que era Philza, un chico muy tranquilo, muy introvertido, algo torpe a veces, pero con un corazón tan puro y que muchas veces amaba poder decir que era su amigo.

¿Pero sabes de que estaría orgulloso? De decir que ese chico era su novio, el chico más lindo y espontáneo que vio en su vida.

-Auch, no sería un honor ser odiado por Philza Minecraft. - habló haciendo sobresaltar al mayor, quien se estampó contra la pared de la escalera y miró con susto al moreno.

¿Había escuchado todo lo que dijo? Ahora se sentía peor.

-Por favor, dime que no escuchaste nada. - le rogó tragando fuerte, pero su fin llegó cuando notó la característica sonrisa del azabache en su rostro.

Missa rió bajito. -Escuché lo suficiente.

-Mierda - maldijo Philza. -, soy patético.

-No, no eres patético.

-Sí, si lo soy.

-Que no Philza - replicó el mexicano y tomó las muñecas del mayor. -, mírame.

Él por instinto hizo caso, admirando esos lindos ojos amatistas y claros pero que a su vista brillaban más que la luna.

Philza Minecraft era un chico que dejaba salir con facilidad sus opiniones y llegaba a ser muy imprudente a veces, no media la capacidad de sus acciones o no tenía presentimientos de cuáles serían los resultados, cuando se trataba de Missa y sus sola existencia todo cambiaba, se conocían hace bastante y decía ser su mejor amigo, compartían salón, comían juntos y salían muchas veces. Nunca le dijo cómo se sentía porque una simple sonrisa se lo impedía, pero hoy al ver a Cellbit obtener el corazón de Roier creía haber perdido a Missa para siempre y no iba a dejar que aquello pasara.

Entonces, con todo el coraje acumulado se atrevió a tomar por el cuello al más alto y acercar sus rostros en un rápido beso que fácilmente pudo darle tiempo a ambos de conocer sus labios por primera vez.

-Me gustas Missa, me gustas desde hace mucho y me gustaría saber si te sientes igual, pero si solo me ves como un amigo yo te entenderé.

Por fin lo había dicho.

Cerró sus ojos con fuerzas esperando un rechazo inédito.

Para Missa eso no iba a pasar, ni hoy, ni mañana, ni nunca.

-Yo también, Philza. - el mencionado abrió lentamente sus ojos y miró a Missa.

-T-tú...

-Sí, es lo que escuchaste Philza. Hace mucho me di cuenta lo mucho que me gustabas pero nunca encontré el momento que decírtelo.

-Y-yo pensé que tú y R-roier... Q-que ustedes se gustaban.

-¿Roier y yo? - cuestionó divertido, Philza asintió.

-P-pero pasaban tanto tiempo juntos que me dejaste a un lado...

-Lo sé, y lo siento. Solo lo estaba ayudando a planear su confesión para un chico que le gustaba mucho y por eso pasé estas últimas dos semanas con él... Oye, de verdad lamento si te sentiste desplazado... O que pensaras que gustaba de él.

-Oh Dios mío, que idiota... Tubbo tenía razón, soy un exagerado.

Philza se cubrió la cara con pena, estaba muy avergonzado. Que iba a pensar Missa de el ahora.

El azabache quitó las manos de su rostro y lo obligó a nuevamente verlo.

-Quiero que seas mi novio.

Dijo con una sonrisa asomándose en una esquina el bendito hoyuelo y Philza maldijo internamente.

-S-sí... - respondió, luego abrazó al menor escondiendo su rostro en su hombro. - solo te pido que dejes de sonreír de esa manera.

-¿Qué manera? - provocó Missa, él sabía a que se refería.

-Ugh, tú sabes... Así.. Adorable y con ese hoyuelo, sabes que efecto tiene en mí cada que lo veo.

Missa rió y ambos se separaron.

-No lo haré. - sonrió de lado todo presumido.

-Eres tan malo...

-También te quiero.

Philza rodó la mirada. - Mejor dame un beso.

Y el moreno se lo cumplió, aun que la campana lo asustó eso no los detuvo y compartieron una vez más sus labios en un lento y romántico beso.

Fin.