[1]Cristin

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Cris

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Cris.

El viento choca contra mi rostro mientras estoy en la ventana del auto. Podré ser adolescente pero tengo cosas de niña todavía, mi perro lamiendome la mano detrás de mi y mis hermanos molestando al otro lado del auto.

Mis padres ni pendientes de la situación que estaba por detrás de ellos, me senté sacando mi teléfono del bolsillo de mi cartera.

Notificaciones de WhatsApp, Instagram y Facebook. No tengo muchos seguidores si 1K es tener fama bueno creo que soy "famosa". Desde niña uso Facebook aunque mi padre no le gustará la idea, publicaba videos bailando coreografías de K-Pop y Shuffle, gane en un concurso de Instagram por más votos y vistas. Me dieron unos Jordan hermosos (los que cargo puestos) y cincuenta dólares.

Un mensaje de la personita que me debe como ya 20 dólares por clases de matemáticas y física, diciéndome la palabra hola y añadiéndole te tengo los dies dólares que te debía.

—Mama—Me apoye de su asiento —Mira lo que dice Erick—Le mostré el teléfono.

Me lo roba de las manos y lee la conversación.

—¿Que no son 20 por el tiempo?.

—Claro pero como él los está reuniendo—(Me imagino yo).

—¿20 que?—Me pregunta mi padre sin apartar la vista de la calle.

—20 dólares que me debe Erick.

—Bueno—Mi madre me devuelve el teléfono—Dile que te los pase en digital porque en físico..., ya no podemos regresar

Me senté otra vez en mi asiento mirando por la ventana, una mudanza al nuevo hogar de mi familia. Nueva cuidad, nueva escuela, nuevos comienzos, otra vez. Espero que está vez si duremos en él y no sea como siempre que era mudanza cada fin de mes.

Según en GPS falta una hora para llegar a la casa, que por lo que me dijo mi mama es súper grande caben más de treinta personas, no se de dónde sacaron suficiente dinero para compar una casa así de grande. Estoy llegando a pensar que tomaron mis ahorros del año pasado para juntarlo con su dinero y comprar la casa, puede ser que mis sospechas sean ciertas.

Pasamos por una alcabala con un hombre vestido con una camisa color azul claro, pantalón negro y una gorra típico de un vigilante. Nos revisó la maleta para después dejarnos pasar, nos observo los rostros a cada uno para asegurarse de que cuando salgamos estemos todos ( si supiera que nos vamos a mudar).

Pasamos por cientos de casas enormes y hermosas, algunas tienen piscina (ojalá y la mía no tenga, no me pregunten por qué). Detrás de las casas está la playa, nos vinimos a toda la orilla del país que fino. No me alegra para nada estar rodeada de agua, lo siento tengo fobias me traumaron de niña.

—¿Por qué no me dijeron que era en agualandia?—Pregunte con sarcasmo.

Mi padre me miró por el retrovisor—Perdona Cris pero no queríamos que estuvieras en contra de la gran propuesta que nos dieron—Explica.

You And MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora