El amor puede que parezca algo bonito, se ve bonito cuando te dicen como se siente estar enamorado de una persona y ver a esa persona enamorada también pero, lo malo del amor es cuando ambos quieren pero uno no puede, allí es cuando el amor se pierd...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cris.
Otro día más en la escuela, otro profesor este también me cae mal básicamente los únicos que conozco me caen horribles.
¿Geografía puede ser más aburrida? ¿Para que necesito saber el año en que nació el presidente y cuántos decretos tenía?.
—Señorita Park—Me llama el profesor.
¿No podía utilizar mi segundo apellido que no es asiático?.
—Diga profe—Alce la mano con un poco de sueño.
Sentí las miradas en mi, los profesores anteriores me llamaban por mi segundo apellido.
—¿Puedes no cerrar los ojos mientras explico?—Me dice cruzándose de brazos.
Bostezo— Es que no dormí mucho anoche, estuve ocupada.
Sonreí y el profesor estando a punto de decir algo entro la directora, todos nos levantamos de nuestros asientos en forma de bienvenida. Aquí no podrán ser todos educados pero por lo menos no le faltan el respeto a la directora.
La directora con sus manos nos dijo que nos quedaremos sentados pero ya es demasiado tarde, todos estamos de pie.
—Muchachos ya pueden sentarse—Nos dice el profesor con cierta molestia.
Me senté otra vez y está vez quería aprovechar que el profesor no me estaba mirando para cerrar los ojos como por cinco minutos, pero a alguien se le ocurrió la idea de molestar.
—Cris—Susurra Angel detrás de mi.
Si está detrás de mi porque este profesor (Que Dios lo bendiga) nos asignó puestos fijos, tengo que soportar ahora todos los días a Angel detrás de mi.
Me voltee con más molestia que antes.
—¿Que?.
—¿Que haces?—(¿Es enserio?).
Suspiré —Nada iba a dormir un poco aprovechando que el profesor está ocupado y no puede mirarme.
Volví a mirar hacia la pizarra, la directora sigue hablando con el profesor (ojalá y se quede hasta la hora de salida).
Me coloque en forma de descanzo dejándome llevar por el sueño, espere cinco minutos con los ojos cansados a qué la hora de la clase terminara.
Angel me lleva a rastras a casa, no tengo ganas de caminar y por culpa de mi padre tengo que hacerlo obligada.
Mientras caminamos Angel y yo miramos el puente.
—¿Por qué no te gusta pasar por el puente?—Me pregunta Angel sin apartar la vista del puente.
—Es que no me gusta ver la profundidad del lago que hay debajo de el.
—No es tan profundo, yo he pasado muchas veces por allí y te puedo asegurar que no es profundo—Me mira.
