Escrito en las estrellas -COMPLETO-

Capítulo 56: Ojos entre los Árboles

Ojos Entre los Árboles

El Señor Oscuro caminaba de un lado a otro frente a la chimenea, frunciendo el ceño ante el estado del hombro de Dolohov. De los veinte Mortífagos que había enviado a Londres, había sido el único en regresar.

"Vampiros?" Voldemort cuestionó.

Dolohov asintió, gimiendo mientras Severus tendía a la herida profunda.

"Fueron ellos", gruñó Antonin, haciendo muecas cuando el Maestro de Pociones vertió un líquido humeante en la profunda barra que había sostenido.

La mandíbula de Voldemort se apretó.

Había enviado a Pettigrew a ponerse en contacto con las criaturas en su nombre, y la rata nunca había regresado.

"Potter", murmuró irritablemente. "Ha sido visto en compañía de uno de ellos. Ella actúa como guardia de Black."

"Y ahora parecen haberse puesto de su lado", murmuró Severus. "Pero por qué?"

"No importa!" Bellatrix se rompió. "Tocaré el cuello de la perra."

"Hemos discutido esto", recordó el Señor Oscuro a la mujer. "El negro está demasiado bien protegido. Eso significa que el vampiro también lo es. Sería una tontería intentar matar directamente. No, mi mente está puesta en un asunto más importante", agregó, su mirada cambiando a Nagini.

Ya no la dejaba salir de su vista y había tomado la precaución de colocarla en un tanque encantado de su diseño.

No le gustaba, pero cumpliría.

Como eran las cosas, ella era todo lo que estaba delante de él y la muerte potencial.

Con su plan casi listo, no podía arriesgarse a que le sucediera nada a Nagini.

"Importante?" Preguntó dolohov.

Voldemort asintió.

"Severus, déjanos", instruyó.

Snape simplemente ofreció un arco antes de hacerlo.

"Por mucho que me gustaría poder confiar en él, no puedo con lo que voy a discutir contigo", explicó Voldemort. "Antonin, te haría explorar Hogwarts. Puedes entrar por el bosque."

"El bosque sangriento?" Dolohov se burló. "Es una locura entrar ahí."

Voldemort asintió.

"Es la única manera", suspiró. "Necesito que encuentres una ruta hasta el castillo."

"Mi Señor, eso podría llevar semanas."

"Toma todo el tiempo que necesites. Elige veinte de nuestros mejores, pero no te atrapen", instruyó firmemente. "El maldito guardián conoce el lugar como el dorso de su mano."

Antonin era indudablemente reacio a aceptar la tarea, pero lo haría.

Dolohov estaba entre sus seguidores más leales y aún no lo había decepcionado.

Con un guiño, el hombre se puso de pie.

"Comenzaré de inmediato, mi Señor."

"No," Voldemort decidió. "No hasta que estés curado. No eres bueno conmigo herido, Antonin."

Asintiendo con su comprensión, Dolohov salió de la habitación.

"Qué necesitas de mí, mi Señor?" Bellatrix cuestionó.

"Necesito a los demás preparados", respondió Voldemort. "Deben estar listos para combatir las defensas del castillo. No habrá más emboscadas a los aurores. Con los vampiros por ahí, es demasiado peligroso. Debemos preservar nuestros números y agregarlos si podemos."